El 25% de los locales comerciales del Port de Torredembarra están vacíos

Los accionistas trabajan en un proyecto para impulsarlo y el Ayuntamiento apuesta por actividades durante todo el año

22 noviembre 2018 12:36 | Actualizado a 06 diciembre 2018 16:59
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Aproximadamente una cuarta parte de los locales de negocios del puerto de Torredembarra están vacíos. Muchos son propiedad de los bancos o están embargados y hasta que no termine la concesión que Port Torredembarra S.A tiene sobre el puerto no se puede hacer nada. Ya queda menos: finaliza dentro de cuatro años y los accionistas esperan con ganas a que llegue esta fecha para poder darle a este espacio el revulsivo que se merece.

Desde el Ayuntamiento, el alcalde de Torredembarra, Eduard Rovira, lo tiene muy claro: «El puerto, tal y como está diseñado, puede tener modificaciones según interese. Quien dentro de cuatro años gane el concurso deberá replantearse el modelo antiguo -centrado en crear centros comerciales en los puertos-. Desde el Ayuntamiento apostamos por ofrecer actividades desvinculadas a este tipo de modelos y que sí en cambio estén ligadas a la actividad propia del puerto». 

Rovira aseguró que «los nuevos accionistas ya están trabajando en el proyecto» y, aunque no desveló más detalles, sí que apuntó que «buscamos vías para aprovechar los espacios e incorporar actividades que tengan una continuidad todo el año y no únicamente estacionales de verano», refiriéndose a los negocios de restauración que no han logrado sobrevivir en ese espacio.

«En Torredembarra ya tenemos suficientes restaurantes concentrados sobre todo en el paseo Marítimo. Un centro comercial lo puede haber en cualquier puerto pero en el nuestro, por el tipo de municipio que tenemos, esto no genera interés. La restauración no es imprescindible. Interesa que haya puestos de trabajo ligados a la actividad portuaria que consoliden el este espacio. Estamos trabajando para que así sea».

Esperanza desde el puerto

Este modelo antiguo se centró en la construcción de centros comerciales dentro de equipamientos municipales como son los puertos. En este sentido, el Capitán del Port de Torredembarra, Oriol Milà, explica que «cuando se otorgaron las concesiones había una visión inmobiliaria que por ejemplo, en Barcelona, funcionó muy bien, pero que en Torredembarra no acabó de encajar. Entonces fue bien gracias al boom, pero desde entonces se ha deteriorado mucho». «Quizá en ese momento hubo una sobreoferta porque vivíamos en un momento económico muy bueno y no se tuvo en cuenta la crisis venidera. Ahora las consecuencias son las que son», lamenta.

Aunque Milà es consciente de que «las concesiones son muy rígidas y es muy difícil cambiar el modelo», mantiene la esperanza de que con las nuevas concesiones «las instalaciones del puerto puedan ser accesibles a todos los bolsillos y la actividad del mar se pueda abrir a todo el mundo», algo que ahora considera que está restringido a muy pocos.

El revulsivo que le falta al puerto de Torredembarra no llegará hasta, al menos dentro de cuatro años. Hasta entonces, el equipamiento seguirá teniendo negocios vacíos. Pero todo llega y es esperanzador: «También estamos pendientes de la aprobación de la Ley de Puertos de Catalunya», explica Milà. «Dará muchas respuestas, pero no sabemos hacia dónde irán los tiros. Aun así, pase lo que pase estoy convencido de que el puerto saldrá ganando y será mucho más atractivo de lo que es ahora».

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