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El aplazamiento temporal de la celebración del Cós Blanc de Salou, programado para el sábado 2, ante el riesgo de las inclemencias meteorológicas previstas, sólo ha provocado a los vecinos de la capital de la Costa Daurada estar una semana más nerviosos ante el desfile de disfraces y lluvia de confeti más popular, que cada febrero inunda algunas de las calles de la ciudad. Esta tarde se ha celebrado la 39 edición.
Esta tarde, con el clima benigno de estos días, y las ganas enormes de marcha, el Cós Blanc ha empezado hacia las 19 horas para recorrer en dos tandas un circuito pensado para el lucimiento y la compenetración de unas 30.000 personas que se estiman que cada año acuden a bailar, saltar y disfrutar de la fiesta y el confeti.
Este sábado, quizá, había algunos centenares más. Los cálculos siempre son aproximativos ante la dificultad de establecer una cifra. La Policía Local de Salou es la encargada de poner una cifra estimando las collas participantes y el número de vehículos aparcados en áreas señalizadas para la ocasión. Había en cinco zonas hasta 2.500 plazas para vehículos.
Con la voz inestimable del speaker Juanma Hidalgo, se ha dado paso al inicio del desfile del Cós Blanc y a la lluvia interminable de papelitos blancos. 20 cañones y 24.000 kilogramos.
El gran número de gente ha provocado que la previsión de paso de las carrozas fuera más lento de lo previsto, empezando la segunda vuelta del recorrido alrededor de las 20.30 horas.
A pesar de la lentitud, la fiesta no ha decaído en ningun momento y las agrupaciones han mostrado sus disfraces. La fiesta ha terminado sin incidencias dejando un gran sabor de boca entre participantes y organización.
