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Llevan años peleando por su barrio y por su historia. Por sus recuerdos y por lo que queda del que es un patrimonio único que no tiene el respeto ni reconocimiento que merece.
Pero los vecinos del barrio ferroviario de Sant Vicenç de Calders siguen reclamando reconocimiento y que se proteja lo que en cualquier otro lugar sería un espacio de visita y de memoria.
El pasado año el Ayuntamiento de El Vendrell anunció que iniciaba el expediente para declarar al barrio ferroviario como Bien Cultural de Interés Local (BCIL).
El objetivo era preservar la histórica colonia con más de un siglo de antigüedad y que conserva sus pabellones de viviendas y otras infraestructuras de la época relacionadas con el tren. Pero se ha avanzado poco en este sentido.
Pero además de hacer de la zona un museo vivo que muestre el pasado ferroviario de un asentamiento único en Catalunya, el objetivo es dignificar toda el núcleo en servicios.
Desde la limpieza al mantenimiento de calles, asfaltado e iluminación, seguridad y solucionar los crecientes problemas ya que muchos de los pisos están ocupados y hay tensión entre los vecinos.
La asociación vecinal que impulsa la potenciación de ese histórico núcleo, invitó a concejales del gobierno para mostrarles ese asentamiento y preguntar cómo estaban los trámites de la catalogación como BCIL.
El barrio también espera que se detalle el Plan Especial urbanístico de manera que quede protegido todo el conjunto y las inversiones de mejora.
La entidad para la protección de la colonia explica la urgencia de la intervención para evitar una aceleración de la degradación y evitar que se cronifiquen problemáticas como las ocupaciones de las viviendas.
Adif
El conjunto es propiedad del gestor de infraestructuras ferroviaria Adif. Los vecinos piden que el Ayuntamiento retome negociaciones para una cesión o para dar solución a las viviendas que están okupadas y que en algunos casos generan tensión en el barrio.
Adif ofreció el pasado año al Ayuntamiento destinar los pisos vacíos a vivienda social. En total son 81 pisos, aunque en muchos viven familias ferroviarias desde hace décadas. El gestor ferroviario ya denunció en el juzgado las okupaciones, pero no ha habido respuesta.
El consistorio no respondió a la oferta que debía determinar a quién correspondería la gestión, si habría cesión al municipio y quién debería rehabilitar las viviendas.
Reuniones
«Pretendemos recuperar la comunicación con el equipo de gobierno ya que desde las elecciones no hemos tenido ningún contacto», señalan los vecinos.
A las preguntas de cómo estaba la tramitación del BCIL y del Pla Especial «nos dijeron que no lo sabían y que debían informarse». Los vecinos del barrio piden reuniones con las concejalías implicadas en temas que afectan al barrio.
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