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La apuesta de Hard Rock en los terrenos ubicados entre Salou y Vila-seca es sobradamente conocida en lo referente al hotel y casino. El pasado martes el Govern de la Generalitat autorizó al Incasòl (Institut Català del Sòl) a iniciar el proceso de compra de los terrenys a ‘la Caixa’ y la posterior venta a la multinacional norteamericana por un importe de 120 millones de euros. El paso se produjo después que Hard Rock enviara una carta el jueves anterior en la que se comprometía a adquirir los terrenos a la empresa pública «no más tarde» del 5 de mayo.
El proyecto de la firma con sede en Florida prevé una inversión global de 2.000 millones de euros en un proyecto que haría por fases, en un ámbito de 745.000 metros cuadrados, con un comienzo por una primera fase de unos 665 millones y que contempla un millar de habitaciones hoteleras, un casino, equipaciones dirigidas al ocio y el entretenimiento y una avenida comercial con tiendas. Se trataría de boutiques de primeras marcas mundiales -Gucci, Prada, Armani, Guess, etc- que pretenden atraer a turistas de alto poder adquisitivo.
Aunque las dimensiones son más reducidas que las que puso sobre la mesa Veremonte hace siete años, los planes de Hard Rock en la Costa Daurada son de gran magnitud.
Nuevos espacios para congresos
Incluirá un millar de habitaciones en dos hoteles -uno de ellos impulsado por PortAventura-, un casino con 1.200 máquinas recreativas y 100 mesas de apuesta, 75 tiendas de lujo a lo largo de una gran avenida, una gran piscina de 6.000 metros cuadrados y un espacio para conciertos con capacidad para 15.000 personas. También dispondrá de la oferta Hard Rock Live -que ya ofrece en Las Vegas y Orlando- y que promociona «el mejor entretenimiento en directo» con conciertos y espectáculos diversos. El plan también prevé construir nuevos espacios para congresos.
Durante la construcción de esta primera fase y una vez esté terminada, Hard Rock estima que se crearán 11.500 puestos de trabajo directos e indirectos, y que el impacto económico en la zona será de 1.300 millones de euros. La previsión es que pueda atraer a unos dos millones de visitantes a la Costa Daurada. Sólo PortAventura recibió, por ejemplo, cinco millones en 2018 y con Hard Rock abrirá presumiblemente los doce meses del año (ahora cierra durante el invierno). Conseguir actividad turística los 365 días del año y romper la estacionalidad. Este es el gran filón que ven en el proyecto de Hard Rock en Vila-seca y Salou diversos agentes económicos, sociales y políticos.
Fuentes del Ayuntamiento salouense reconocen que serían 75 los establecimientos de este tipo los que se ubicarían en la avenida comercial, al estilo de lo que existe en La Roca Village. Falta por ver si será de estilo outlet.
Y es que el turismo de compras está de moda. Si antes este tipo de turismo se asociaba a grandes urbes, las empresas buscan ahora grandes polos que atraigan cada vez más a visitantes internacionales. Y los promotores de este proyecto conocen la gran cantidad de visitas anuales a la zona. Sin ir más lejos, Salou registró, en 2019, un total de 8.088.068 pernoctaciones, hecho que supone un 0,8% más que el año anterior.
Otro de los aspectos favorables a la ubicación de este tipo de boutiques es la proximidad de instalaciones como el Lumine Golf, que genera un importante impacto económico en los alrededores.
En el caso de La Roca Village, cuenta con más de 140 tiendas de las principales marcas internacionales y europeas de moda y objetos para el hogar, con descuentos de hasta el 60% sobre el precio original, además de otros servicios como la restauración.
Cabe recordar que Value Retail, que fue uno de los operadores que ya se interesó en su momento por el proyecto y que acabó desestimándolo, es quien gestiona el centre comercial La Roca Village. De ahí que se hagan especulaciones sobre la posibilidad que terminara entrando de alguna manera en el área de boutiques del proyecto de Hard Rock.
