El enterramiento en el castillo que reveló la peste en Calafell

Junto a las tumbas antropomórficas apareció una fosa con nueve cuerpos

01 noviembre 2018 12:29 | Actualizado a 01 noviembre 2018 12:46
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Faltaba completar una parte de la investigación, explica el catedrático de historia de la Universitat de Barcelona, Joan Santacana. «Porque entonces la prioridad era la excavación de las tumbas  antropomorfas que aparecieron en la capilla medieval del castillo de Calafell».

Esos enterramientos rodeaban el ábside y la nave de la iglesia en los siglos X y XI. La excavación comenzó en 1982. Santacana reconoce que entonces «fue un desafío, ya que nunca habíamos emprendido una investigación de tanta complejidad».

Sorpresa
Pero la sorpresa para los arqueólogos fue que junto a esas tumbas antropomorfas apareció una estructura rectangular excavada en la roca, con casi dos metros de longitud, 90 centímetros de ancho y más de un metro y medio de profundidad.


Esa excavación no era habitual, por mucho que se sabía que el castillo acogió un cementerio. Santacana explica que «estaba relacionado con las tumbas antropomorfas y lo interpretamos como un depósito-lavatorio de cadáveres», señala el catedrático de historia. 

Quedó en la capilla
En el siglo XIII la iglesia del interior del castillo fue ampliada con una nave paralela de manera que ese depósito de cadáveres quedó en el subsuelo de la capilla. Pero además de los cuerpos, esa cavidad excavada en la roca ofrecía un dato histórico.

Había nueve cadáveres que fueron sepultados en cal viva. El catedrático de historia de la Universitat de Barcelona explica ahora en Didàctica del Patrimoni que más de la mitad del depósito era una masa ósea deshecha por la acción de la cal. Y encima se había vertido más de medio metro de tierra. Ningún elemento permitió datar ese enterramiento. Sólo intuían que sería posterior al 1300 y anterior al 1400.

No era un lavadero
Santacana explica que la cal sí que revelaba la existencia de alguna enfermedad infecciosa. "Sólo podía tratarse de la peste negra que en el siglo XIV asoló Europa y las zonas costeras de Catalunya". La incidencia fue grave por las relaciones comerciales entre Italia y la costa catalana, que favoreció la expansión de la enfermedad. En 1358 en Calafell había 44 familias y sólo diez años después, eran la mitad. 

Esa reducción de la población hizo que el valor del castillo y las casas anexas cayese. Cuando la monarquía vendió sus propiedades a la aristocracia, el precio fue muy bajo. Apenas 500 florines de oro. Sin mano de obra para tierra el valor de las propiedades cayó.

La peste acarrearía otras consecuencias. Había menos habitantes, pero los señores querían seguir cobrando los tributos que recibían. El aumento de los pagos exigidos provocó la revuelta de los agricultores sujetos a derechos feudales que no se solucionó hasta antes de una guerra civil.

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