«El fascismo puede resurgir con muchas caras y formas distintas»

Entrevista a Wayne Jamison, periodista y autor del libro Esvásticas en el sur

20 febrero 2019 10:20 | Actualizado a 20 febrero 2019 10:27
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

El estrecho de Gibraltar siempre ha sido motivo de disputa. Única vía de acceso al Mediterráneo desde el Atlántico, fue un enclave estratégico en la Segunda Guerra Mundial. En la costa andaluza se dio una lucha de espionaje y contraespionaje entre las potencias del Eje y los Aliados. Wayne Jamison recopila algunos de sus testimonios en Esvásticas en el sur. Con este libro, el antiguo periodista del Diari, muy vinculado a Cambrils, acaba de recibir el premio de Investigación de la editorial Círculo Rojo.

Felicidades por el premio. ¿Cómo lo ha recibido?

Es un reconocimiento que te da más fuerza para creer que no lo haces mal del todo. Pero los premios no hacen ni mejor ni peor a los libros. Eso sí, te dan mucha más visibilidad y te llaman para más presentaciones y charlas. 

¿Cómo nace Esvásticas en el sur

Siempre me ha interesado mucho la Segunda Guerra Mundial. Soy un lector compulsivo, alterno varios libros a la vez y siempre hay alguno relacionado con el nazismo. Hace cinco años me dio por escribir la novela La sombra del Führer, sobre varias teorías de la muerte de Hitler. Algunos escenarios se situaban en la Playa de los Alemanes en Cádiz, que siempre ha considerado una colonia de nazis tras la guerra. Esto me sirvió para crear la trama y recoger muchos testigos e historias que han dado pie a este segundo libro. 

«En Gibraltar estuvieron algunos de los espías más importantes como Ian Fleming, que luego sería escritor y creador de James Bond»

¿Por ejemplo?

Liana Romero, la hija de la Reina de Corazones. Este era el nombre en clave de Larissa Swirski, una de las espías más activas del sur de España. Primero trabajó con los nazis y luego de agente doble con los ingleses sin dejar de lado a los alemanes. Trabajó con el espía británico Ian Fleming, creador de James Bond, que estuvo en Gibraltar, y también con otros importantes como Lionel Crabb o Junio Valerio Borghese. 

¿Qué le contó?

Conocí a esta mujer y accedió a contarme historias. Por aquella época era muy joven  y acompañaba a su madre en bastantes operaciones para su tapadera, pues era muy raro ver una espía con su hija. Sus recuerdos y vivencias me empujaron a decidirme: «Tengo que contarlo», y así el libro contiene 49 capítulos, cada uno de una persona e historia diferente, con el conflicto y el ámbito geográfico del sur de España como nexo. 

¿Qué hacían tanto espías en Cádiz?

El estrecho de Gibraltar es el acceso al Mediterráneo y África, por donde los ingleses recibían el petróleo procedente de oriente medio y flanco abierto para atacar a Rusia; quien lo controlara tendría mucho ganado. Era un punto clave para la operación Felix. Incluso Hitler fue a Hendaya para buscar el apoyo de Franco, pero éste le fue dando largas y la operación fracasó. Tiempo después Hitler reconocería que no llevar a cabo la invasión de Gibraltar le costó la guerra.

«Hitler acabó reconociendo que no llevar a cabo la invasión del Peñón le costó la guerra, pues el estrecho era un sitio estratégico»

Háblenos de algunas operaciones de espionaje.

Había mucho movimiento, ya que aquí se llevaron a cabo espionajes, sabotajes y algunas de las investigaciones secretas más importantes de Europa. Había presencia de espías de hasta siete países diferentes, incluso japoneses, y todos pagaban a los españoles para colaborar. Por ejemplo, los italianos tenían a sus hombres rana que colocaban bombas lapas en los buques británicos. Otros eran los torpedos humanos, murieron muchos italianos, para atacar barcos enemigos.

¿Fue complicado acceder a la información?

Muchas fuentes son testimonios, gente mayor e historiadores, y también documentos a los que no ha sido muy difícil acceder. Lo que más me ha llamado la atención es que en las presentaciones del libro viene mucha gente, me cuentan historias y han surgido un montón de nuevas.  

Esvásticas en el sur ha dado pie a un documental.

Todavía quedan muchos escenarios que fueron clave en todo este entramado de redes de espionaje. Tenía que aprovechar la posibilidad de grabar en ellos, como por ejemplo el hotel Reina Cristina de Algeciras, justo delante del peñón. El edificio esconde túneles secretos muy estrechos, en los que hay que ir agachas, que llegan 150 metros mar adentro y servía a los hombres rana italianos. Los trabajadores del hotel colaboraban con las fuerzas del Eje, mientras que el director lo hacía con los británicos.

«Teníamos presencia de espías de hasta siete países diferentes, incluso japoneses, y todos pagaban a los españoles para colaborar»

¿Algún escenario que fuera mítico?

El despacho desde el que el general Dwight Eisenhower comandó la operación Torch, establecido como base de operaciones en Gibraltar. No es muy accesible por lo que se mantiene casi igual. En él hemos podido grabar testimonios. El documental es muy rico y fue finalista del Festival de Cine de Zaragoza.

Usted que ha investigado el nazismo, ¿le preocupa el auge actual de la ultraderecha?

En este sentido la historia debería ser una advertencia. El fascismo puede resurgir con muchas caras y formas distintas. No tiene porqué haber campos de concentración o un Hitler con bigote, pero es preocupante porque se vive una importante regresión. Hay muchas similitudes entre cómo surge el nazismo y la manera en que está creciendo la ultraderecha en España y otros sitios: aparecen en momentos difíciles de crisis, de descrédito de la política, que ataca más a las razones que a la razón y esto es muy peligroso. 

 

Comentarios
Multimedia Diari