El frío desluce la Festa Major de Cambrils

Las entidades fueron, un año más, las protagonistas del día con actuaciones que llamaron la atención de los más pequeños
 

09 diciembre 2017 16:25 | Actualizado a 09 diciembre 2017 16:29
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Cambrils vivió ayer el día grande de la Festa Major de la Immaculada, o de Hivern, como se la conoce extraoficialmente. La processó siguió el mismo patrón que los otros años, dejando todo el protagonismo a las entidades festivas cambrilenses. 
La diada empezó con la tradicional misa, a la que siguió el pasacalles por las calles del Barri Antic, que se llenaron de cambrilenses que querían ver la fiesta. Incluso algunos se animaban a seguir una comitiva que encabezaban las asociaciones y finalizaba con la imagen de la Puríssima acompañada de los curas, autoridades y la Cobla Ministrers de Cambrils.

El recorrido fue corto. Los más pequeños bailaron con la música de las grallas y los tambores y  aprovecharon las paradas para contemplar a los nanos o fotografiarse con la Farnaqueta, la primera bestia infantil de fuego que nació este año y que llamó la atención de los niños y niñas que llenaban las calles. Los más valientes posaron con alegría ante los objetivos de las cámaras de los móviles de sus padres, mientras que otros se acercaron tímidamente a esta especie de pájaro, león, reptil y cabra, que dio miedo a más de uno.

La Farnaqueta, la primera bestia infantil de fuego causó sensación entre los niños

Al llegar a la plaza de la iglesia se formó un corrillo para poder ver mejor las actuaciones. De nuevo, los niños centraron toda la atención ocupando uno de los lugares más destacados para no perderse ni un detalle. Delante de todo y sentados en el suelo para no cansarse y resguardarse mejor del frío, que se empezaba a hacer notar en un día bastante nublado. Los que estaban un poco más lejos también tenían la suerte de ver todo el espectáculo desde un lugar privilegiado: los hombros de sus padres. 

En pocos minutos, la gralla del Ball de Bastons sonó ante la emoción de los niños, que miraban con interés cómo bailaban los componentes de la entidad picando los bastones de madera. En ese instante, el viento empezó a soplar con fuerza. Las pancartas de democracia y los lazos amarillos para pedir la libertad de los presos políticos –también se vio alguna que otra bufanda en este color- que colgaban de los balcones se movían cada vez más y la gente tiró de complementos para resguardarse del frío.

Los Xiquets de Cambrils levantaron un pilar de cuatro que inmortalizaron unos cuantos cambrilenses para publicar en las redes sociales, pero el viento se hizo cada vez más insoportable y algunos optaron por acabar antes de tiempo su participación en la fiesta.

Los nanos, los gegants Pere, Camí, Armengol y Magdalena, el Marquès de los Vélez y el Cabo Quiñones, de la Colla Gegantera Tota l’Endenga, clausuraron las actuaciones festivas en una plaza que acabó prácticamente vacía por las malas condiciones climatológicas. Apenas los políticos, miembros de las entidades cambrilenses y los periodistas que cubrieron el acto aguantaron hasta el final. 

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