El fuego, protagonista de la noche en Salou

La Nit del Foc brindó un espectáculo de pólvora, luz y ruido en un formato adaptado, pero con toda la esencia de la Fiesta Mayor

09 agosto 2021 05:32 | Actualizado a 09 agosto 2021 11:23
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La Plaza de les Comunitats Autònomes fue el epicentro, un día más, de los actos de las Nits Daurades. Ayer, la plaza fue testigo de muestras de cultura popular salouense: ball de bastons, ball d’espases, gigantes y más. Hacia las 21 horas empezaba a caer la noche y el recinto se convirtió en el ‘infierno’. 

Fuego, pólvora, humo, brujas, diablos y bestias fueron los auténticos y grandes protagonistas de una Nit del Foc diferente. La pandemia obligó a que los actos se realizaran en un espacio cercado, con distancia con el público. Sin embargo, también supuso para los Diables Maleïts de Salou, las Bruixes Latemó, el Xaloc y la Morena de Salou una oportunidad para actuar en un contexto complicado, en el que la cultura se ha visto obligada a interrumpir su actividad durante más de un año.

Así, estos elementos tan propios de la Fiesta Mayor salouense tomaron el espacio. Los timbales comenzaron a repicar y la Morena fue la primera en salir. Esta bestia marina, de nueve metros de longitud, desprendía fuego por su boca y su cola, además de llevar el cuerpo cubierto de pirotecnia que trajo la luz y el color al espectáculo.

Tras ella, llegaron los conocidos Diables Maleïts. Los Diables fueron saliendo uno a uno encendiendo sus habituales carretillas, que desprendían chispas en todas las direcciones y emitían un potente silbido antes de que la pirotecnia que portan explotara. Antes del inicio del evento, el Cap de Colla, Jonathan Jarque, explicó al Diari que el formato adaptado hacía «perder parte de la esencia» del Ball de Diables, pero que los miembros «tenían muchísimas ganas de volver a quemar».

Las hermanas de los Diables, las Bruixes Latemó, tomaron el escenario y aportaron color al espectáculo, encendiendo una hoguera antes de dar paso al Gigante Xaloc, una figura humana convertida en bestia de fuego, que representa al viento Xaloc y sostiene la cabeza de una serpiente. El gigante tenía el cuerpo cubierto de petardos, que se encendieron en el momento que comenzó su danza. Así, se hizo la luz, que dio paso al estruendo una vez más.

Todos los protagonistas del espectáculo volvieron a salir en repetidas ocasiones, proporcionando un espectáculo emocionante para los sentidos. Las coreografías, el calor de las chispas, el olor a pólvora, los zumbidos de la pirotecnia que se intensificaban hasta llegar a la inevitable explosión. Fue un evento en el que no faltó nada, y que permitió a Salou -como ya sucedió en Sant Joan- recuperar ese ambiente de Fiesta Mayor que todos echan de menos.

Con una última aparición en la que la pirotecnia, lanzada hacia arriba, dejó algo parecido a un pequeño castillo de fuegos artificiales, las Bruixes y los Diables pusieron fin al evento. Tras este, comenzó una batucada del Grup Atabaladors que cerró una noche más de estas Nits Daurades que reunen a los salouenses para disfrutar de la cultura.

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