El homenaje pendiente de Calafell a la marquesa

La donación que hizo de parte de su fortuna permitió levantar el sanatorio de Sant Joan de Déu

20 junio 2020 17:36 | Actualizado a 20 junio 2020 17:57
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El sanatorio de Sant Joan de Déu, hoy hotel Le Meridien Ra, fue en  una parte fundamental por la marquesa Josefina Sanpere. Pero mientras Calafell dedicó  una calle al marqués de Samà y otra al marqués de Comillas, con un pasado esclavista, que fue retirada hace años, Sanpere sigue en el anonimato del callejero local.

El historiador Joan Santacana destaca que el marqués de Samà propició la llegada del agua, construyó la escuela y la estación de tren. Seguro que fue por sus intereses de exportación de aguardiente, pero en todo caso dejó ese legado. De marqués de Comillas se sabe que construyó la masía de Cal Bolavà, desde donde exportaba aguardiente.

Pero señala que hay un reconocimiento pendiente. Aunque el sanatorio está en El Vendrell, emocionalmente está muy ligado a Calafell.  
La historia comienza a inicios del siglo XX. La insalubridad de ciudades como Barcelona, exigía buscar lugares para atender a los niños con problemas pulmonares. Muchos de familias con escasos recursos. En 1924 médicos como Joaquim de Riba pensó en Calafell. 

La ciencia mostró que el clima de alta montaña o el marino era ideal para tratar la tuberculosis.  Calafell ofrecía aire limpio sin gérmenes ni polvo, con riqueza de oxígeno y ozono, luminosidad y yodo. El mar era muy yodado por la pradera de posidonia, una planta marina.  Esas cualidades «favorecían el incremento de hemoglobina y hematíes. 

Clima suave en invierno y fresco en verano unido a los rayos ultravioletas ayudaban a mineralizar el organismo y eliminar  tóxicos. En Europa se hablaba de helioterapia con sanatorios especializados, pero era algo inédito en España. 

Fue decisiva  la expropiación de terrenos de la orden de Sant Joan de Déu en Barcelona para hacer la Diagonal. Con el dinero, en  1924 los hermanos compraron una masía en Calafell en la zona de la Bonavista y la adaptaron para sanatorio.  En 1926 se amplió y ya acogía a 30 a pequeños. Pero la idea era estar frente al mar. Se puso un pabellón de madera en la playa y surgió el sueño. ¿Y un sanatorio allí? Con un centenar de camas. Pero era muy caro.


Se impulsó en Catalunya la campaña Limosna de amor. La escritora Amalia De Cruset, destacada activista en favor de las mujeres, se implicó de lleno. Recurrió a amigos adinerados, pero fue clave la donación de Josefina  Sanpere Rodri poco antes de morir. 

Era hija de Joan Sanpera, nombrado Marqués de les Franqueses por el Alfonso XIII.  Josefina  donó en 1926 parte de su fortuna a la orden de Sant Joan de Déu.

Amalia P. De Cruset no pudo ver comenzar la obra porque falleció antes. Tampoco la  pudo ver empezar la maquesa Josefina  Sanpere , que donó la tercera parte de su fortuna indicando que debía ser para la obra del sanatorio y atender a los niños de manera altruista. Los niños no pagaban y médicos no cobraban.

Comenzó a planificarse la obra.  Los niños debían de estar al sol y dormir con las ventanas abiertas. Se contactó con el arquitecto Germà Rodríguez, uno de los fundadores del GATCPAC, el  Grup d’Arquitectes i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània, un movimiento que modernizó la arquitectura con una corriente racionalista.

El 10 de noviembre de 1926 se compraron los terrenos y el 28 de noviembre se puso la primera piedra. Justo cuando llegó el legado de la marquesa. En 1929 la obra estaba  acabada. 

Levantado sobre pilares para que las mareas pasasen por debajo, tenía dos subterráneos, uno bajo las cocinas generaba vapor y otro para la calefacción. Tuvo 4 salas para 24 camas en sus plantas.

En un extremo había un comedor para los niños que podían levantarse, junto con la cocina y la despensa. En el otro estaban los quirófanos, salas estériles, de rayos X, laboratorio, farmacia y despachos médicos. En  el primer piso, las dependencias para los hermanos. Las salas daban a terrazas y había una gran capilla. Se inauguró el 22 de mayo de 1929. 

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De Cruset, presidenta de Sección de Beneficencia de Acción Femenina, impulsó una recogida de limosna para construir el sanatorio de Calafell. En muchos establecimientos de Barcelona hubo cepillos para ayudar a la obra. La idea fue del médico Joaquim Riba Sans.

 

 

'Al sanatorio no le pasará nada, pero no respondemos de vuestras vidas'

Las tres últimas misas oficiadas en la capilla del sanatorio marítimo de Sant Joan de Déu fueron el 30 de julio de 1936. Ese día ya había presentimiento de tragedia. Días antes, el 22 de julio sobre las 10 de la noche, el presidente del Comité local de Calafell acudió al sanatorio para decir a los monjes que no tuviesen miedo.

 

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