El pasado domingo a media mañana, el 112 derivaba una llamada de emergencia hasta la comisaría de la Policía Local de Vila-seca. Una vecina del núcleo turístico de La Pineda informaba al operador que en el interior de un coche de la calle Montserrat Caballé había una cría que llevaba tiempo gruñendo o llorando. Por el cristal se intuía que era una cría de jabalí, un jabato de pocos meses.
La patrulla se desplazó hasta la calle de La Pineda y comprobó que en el interior de un coche había el jabato. El vehículo estaba sucio de las lluvias de barro de los últimos días.
Con la matrícula del coche, los agentes localizaron al titular del vehículo, un vecino de una localidad de la provincia de Barcelona que se personó en la calle para dar explicaciones.
Según su versión, él circulaba por el Raval de la Mar (TV-3148) y a la altura del parque de la Torre d'en Dolça, el pulmón verde de 36 hectáreas de la ciudad, se le cruzó la cría y decidió parar su turismo, coger al jabato y llevárselo "para que nadie lo atropellara".
Resultó que al llegar a La Pineda y aparcar su coche, el conductor samaritano se olvidó del animal en el vehículo, que por la edad empezó a "llamar" a su madre con gruñidos y lo que los vecinos han calificado de llantos.
La Policía Local decidió llamar a los expertos, a los Agents Rurals, que se personaron en La Pineda y colocaron en una jaula al jabato para luego dejarlo en libertad a la altura de la Torre d'en Dolça con la esperanza de que localizara el rastro de la manada.
EL servicio se terminó aquí tanto para la Policía Local como para los Agents Rurals. Sin embargo, la vecina que llamó al 112 se molestó porque el 'cazador' no fue sancionado por llevarse al animal y olvidárselo en el coche. Según la testigo la negligencia del conductor podría incurrir en un delito de maltrato animal, que no fue entendido así por los agentes ni de la Policía ni Rurals.