'El mar arrastra huesos, pero tantos como en La Pineda no es habitual'

El estudio morfológico descarta que sean de un esqueleto de hace muchos siglos, pero todavía no está fijada la edad del individuo

19 mayo 2017 16:42 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:42
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Veinte muestras, todas ellas numeradas, se encuentran a buen recaudo en el Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya en Tarragona. En el laboratorio, situado en el tanatorio de Tarragona, el equipo de médicos forenses analiza las diferentes muestras que se han recogido desde el pasado 24 de diciembre, cuando apareció un fémur en la Platja de La Pineda.

Eneko Barbería es médico forense y responsable del laboratorio desde 2013. «No podemos dar detalles. Están bajo investigación judicial», se excusa. Ayer mismo llegaron al laboratorio los últimos cuatro restos encontrados el domingo. Hay una veintena en total.

Barbería admite que la presencia de huesos en la costa no es extraña, aunque sí descoloca el hecho de que tantos fragmentos lleguen escalonadamente a un mismo punto.

Una vez llegan al laboratorio, «lo primero que hacemos es realizar un inventario y buscar detalles que puedan orientarnos sobre si son de la misma persona o pertenecen a más individuos». Eneko añade que aún no está confirmado de que todos sean de origen humano. Lo que sí admite es que si al final del estudio detectan que la desaparición es de hace más de 30 años, judicialmente prescribirá. De lo contrario, si son más recientes, la investigación seguirá abierta.

Tras el inventario, el laboratori o realiza el estudio morfológico de las pruebas que han traído los Mossos en las últimas semanas. «Consiste en catalogar si son humanos o no, si pueden ser de un mismo individuo o de un colectivo. Seguidamente, el protocolo busca más datos, como el peso, tamaño e intentar hacer una reconstrucción identificativa: sexo de la persona, edad aproximada y en algunos casos remarcar si hay algún signo de patología del pasado», explica el médico forense.

Tras este primer informe, se debe intentar extraer el ADN de los huesos. «Se dice que las cajas negras de las personas son sus dientes, pero en este caso no tenemos ninguno», admite Barbería. Los fragmentos más grandes, empezando por el fémur, se llevarán a un laboratorio acreditado para hacer ADN forense «y esperemos que las muestras puedan dar resultados», confía el médico. Hasta la fecha, todavía no se ha enviado ningún fragmento para la extracción del ADN. La humedad permanente al estar en el lecho marino y la sal del agua son factores negativos para la conservación de ADN, pero Barbería confía en que algunas de las muestras todavía sean válidas para esta fase del proceso.

 

Base de datos

La identificación de los huesos puede ser rápida o imposible. Dependerá de si el ADN coincide en la base de datos de personas desaparecidas que gestiona el Ministerio del Interior. Si hay coincidencia, el caso estará resuelto y faltará por ver qué hacían los huesos en el mar. Si no existen coincidencias, el ADN extraído pasará a la base de datos por si en el futuro pudiera identificarse.

En estos momentos, el misterio de los huesos ha llevado a algunas personas a llamar a los juzgados para preguntar. Es el caso de un padre que ha informado que un hijo que buceaba pereció en el mar hace una década y está a la espera de si podría ser parte de su esqueleto el que ahora expulsa el mar.

Mientras el análisis forense sigue su curso, la búsqueda en La Pineda está paralizada. Aunque el conseller d’Interior, Jordi Jané, explicó que esta semana buzos de la Unitat Aquàtica harían inmersiones en la zona donde se draga la arena, lo cierto es que Mossos informó ayer que esta unidad, con sede en Barcelona, no se desplazará hasta La Pineda (Vila-seca) hasta que las pruebas que ahora se están estudiando certifiquen que son huesos humanos y que el esfuerzo de búsqueda valga la pena.

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