El mundo a través de fotogramas

La doctora Paola Pasquali expone una serie de instantáneas inspiradas en la técnica estrella de Caravaggio

23 febrero 2019 09:22 | Actualizado a 26 febrero 2019 16:55
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

A veces en la vida se suele dar mucha más importancia a los grandes detalles y no a los pequeños, que a menudo pasan desapercibidos pero que pueden dar todo el sentido a un instante. Así se podría describir la obra de Paola Pasquali, una doctora de Venezuela afincada en Cambrils desde hace once años, que este pasado jueves presentó su primera exposición fotográfica con el nombre Chiaroscuro (Claroscuro). 

Inspirada en la técnica estrella de Caravaggio, la dermatóloga hace un viaje por el mundo a través de veinte imágenes capturadas con sus cámaras fotográficas, también algunas con el teléfono móvil, que muestran de manera íntima algunos de los sitios que más le han fascinado. «El claroscuro es una técnica en la que el detalle salta a la vista. Focalizas tu visión hacia ese detalle. Esta exposición está basada en una manera de ver y me apoyo en una técnica en concreto. Soy una amante de Caravaggio, me encanta esta época del barroco. Él fue prácticamente un fotógrafo. Usaba una cámara oscura para pintar algunos de sus cuadros y  dejaba que la luz entrara por esa caja para que se reflejara en la pared y luego pintaba. Era un genio. Cuando uno ve sus cuadros no hay fondo, todo está focalizado en un punto, la luz, el contraste…y de ahí el dramatismo», explica la doctora, que confiesa sentir admiración también por Georges de La Tour, que pintaba a sus personajes iluminados por una vela. 

Pasquali además relaciona esta fascinación por la técnica pictórica que juega con la luz y el contraste con su profesión. «Soy bióloga y he visto el mundo a través del microscopio y una se acostumbra a ver lo pequeño», admite. ¿Pero cómo pasa una doctora a dedicarse además al mundo de la fotografía? Aunque a priori cueste relacionar los dos mundos, lo cierto es que están más unidos de lo que pensamos, ya que en dermatología se requiere diariamente el uso de una cámara.

«Tomo muchísimos fotografías de los pacientes para ver la evolución de una lesión, para saber cómo ha quedado una cirugía y además actualmente hay muchas técnicas que te permiten hacer un diagnóstico con la imagen, como la teledermatología. En mi consulta tengo varias cámaras», reconoce la especialista. 

La cambrilense de adopción asegura que tenía interés por la fotografía incluso antes de dedicarse a la dermatología. Ya de adolescente tomaba fotos de aquellos detalles que más llamaban su atención y ha conseguido integrar esta afición en su carrera profesional. «Los que nos gusta la fotografía nos acostumbramos a ver un mundo a través de fotogramas. Captamos la vida a través de un fotograma y tenemos una necesidad de guardar un recuerdo de algo que hemos visto», afirma.

La veintena de imágenes que forman parte de la exposición las ha realizado en los viajes de trabajo. Pasquali ofrece muchas conferencias por todo el mundo –la próxima será en la India, donde hará un curso de fotografía médica- y aprovecha los instantes de relax, siempre a la misma hora del día, para perderse por los rincones más desconocidos de las ciudades. «Viajo con poco equipaje pero siempre llevo una cámara. Siempre me escapo de noche porque es cuando me da tiempo. Salgo al atardecer porque en realidad es cuando la luz está más bella y me gusta captar esas ciudades cuando está anocheciendo. Me encantan estas figuras que son casi fantasmas», asegura. 

Una de sus visitas «obligadas» para Paola es el mercado del lugar al que viaja. «Creo que para conocer un país lo primero que tienes que ver es lo que la gente come. En los países asiáticos hay muchos mercados nocturnos. Son las 12 de la noche y logras ver a una persona a través de una bombilla mal colocada y te ilumina lo que tiene en la parada. Esta escena me encanta», dice en referencia a una de las fotografías que ha incluido en la muestra.

Veinte imágenes captadas con una técnica que requiere su tiempo y que han puesto a prueba la mirada científica y artística de la doctora. «Esta técnica cuesta porque al no tener casi luz se necesitan exposiciones largas. O tienes un trípode, que a veces no lo tengo a mano, o debes apoyarte en alguna parte para permitir que la velocidad sea baja para que pueda entrar la luz. Se debe esperar al momento perfecto», señala.

En cuanto a su imagen favorita, Pasquali muestra una tomada en el Open Air en Tallinn que tiene mucha historia. «Son unas cabañas antiguas en unos grandes espacios abiertos pero me encantó el espacio interno. En estas fotos hay mucha intimidad. Una soledad porque no hay personas pero sin embargo la presencia humana está allí», afirma. 

Comentarios
Multimedia Diari