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La Facultat de Turisme i Geografia de la URV ha conseguido remontar el interés de los alumnos por la geografía. La demanda estaba bajo mínimos y la situación llevó al profesorado a hacer un replanteamiento y elaborar un nuevo plan de estudios. Y parece ser que ha dado sus primeros frutos. Este curso fueron 19 los alumnos que se matricularon a la carrera que cuenta con un total de 40 plazas ofertadas. Casi el doble que en los últimos años en los que tan solo había entre 10 y 12 alumnos por aula.
El coordinador del nuevo Grau de Geografia, Anàlisi Territorial i Sostenibilitat, Jordi Blay, se mostró prudente a la hora de hacer valoraciones. En tan solo un año es complicado hacer balance de este nuevo plan de estudios pero exponía que «hemos aumentado el número de alumnos en relación a los últimos años (…) de momento estamos moderadamente contentos porque al menos hemos roto la tendencia».
Una de las principales novedades del nuevo plan de estudios son las asignaturas-proyecto. Están pensadas para que los alumnos trabajen como si una empresa o administración les realizara un encargo. «La gracia es que los alumnos tengan capacidad de actuar y trabajar de forma más autónoma», remarca Blay.
Durante el primer cuadrimestre los estudiantes de primer curso han trabajado en comparar la comarca del Priorat para presentar una hipotética candidatura de este territorio con el objetivo que su paisaje fuera reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Según el coordinador del Grau, en los proyectos siempre se intentará tratar temáticas vinculadas con las asignaturas que los alumnos están cursando. Según Blay, «son sesiones mucho más variadas. A la gente le gusta mucho más trabajar de esta forma. No quiere decir que no hagan teoría ni que no tengan que tomar apuntes cuando toca, pero es mucha más práctica».
Asignaturas-proyecto
Precisamente el nuevo plan de estudios fue uno de los motivos por el cual Marc Domínguez de Riudoms y Anton Montserrat de Reus, decidieron estudiar Geografía en la URV. Ambos vienen del bachillerato científico. Reconocen que la asignatura-proyecto de este primer cuadrimestre les ha gustado mucho. «Es una forma de aplicar la teoría que hemos ido estudiando en temas reales», explica Anton.
Pero también son críticos y reconocen que hay cosas a mejorar sobre el funcionamiento: «La planificación con tiempo, es corta (…) pero ya nos han dicho que intentarán mejorarlo», dice Marc.
Otro de los motivos por el que eligieron estudiar en Vila-seca fue por la proximidad a su territorio: «Quiero mucho a mi territorio y es una manera de poderlo analizar y poder trabajar en diferentes ámbitos», explica Marc.
En este sentido, el coordinador del Grau destaca que el hecho de que haya pocos alumnos por clase es clave para que este tipo de asignaturas más prácticas funcionen ya que el profesor puede hacer un trabajo de orientación y seguimiento más personalizado.
Romper estereotipos
La Facultat de Turisme i Geografía ha estado trabajando este último año para dar a conocer los nuevos planes de estudios y romper estereotipos sobre la geografía. «Mis amigos se piensan que solo hago mapas y estudio los ríos y las montañas», explica Domínguez. Pero ellos se defienden y explican que va mucho más allá. A parte de estudiar localizaciones, «también estudiamos la relación entre los humanos y el medio ambiente. No tan solo es algo que está allí. Es más, que hay allí y que se está haciendo», aclara Anton.
Para dar a conocer los estudios la URV participó este jueves en la X Olimpíada de Geografia. Se trata de un concurso organizado por el Col·legi de Geògrafs que premia a los estudiantes de bachillerato que demuestren un mejor conocimiento de los contenidos de la materia. Unos 100 alumnos de bachillerato de distintos institutos de la demarcación participaron este jueves en la fase local de esta prueba. La fase estatal se llevará a cabo los días 5,6 y 7 de abril en Murcia.
El año pasado el Grau de Geografía de la URV fue el mejor valorado de todo el Estado según el Ránking de la Fundación BBVA y el Institut Valencià d’Investigacions Econòmiques. Según Blay, a parte del elevado grado de satisfacción de los alumnos, también hay que tener en cuenta el equipo de profesores con el que cuenta la Facultat que realiza investigación científica en este campo.
