El otro Maradona la tocaba en El Vendrell

Joan Sabaté fue durante dos décadas el conocido Maradona de la Rambla

06 diciembre 2020 10:53 | Actualizado a 08 diciembre 2020 11:15
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Joan Sabaté recordará ese 25 de noviembre de 2020. «Mucha gente rememorará dentro de unos años qué hacía cuando se enteró de la noticia».  Sabaté miraba la televisión. «Me quedé impresionado». La muerte de Diego Armando Maradona le afectó de lleno. A él, que durante décadas fue un alter ego muy popular del astro argentino.

Sabaté fue el Maradona de las Ramblas de Barcelona. Muchos recordarán a Diego Maradona.  Pero también muchos recuerdan a aquel hombre dando toques, miles de toques, a un balón en el paseo más universal

El que le conocieran como Maradona de las Ramblas a nivel popular y en periódicos y televisiones de todo el mundo, tejió un lazo emocional de Sabaté hacia Maradona. «Además de que era  el mejor de la historia del fútbol».


No llegó a conocer a Diego Maradona en persona pero «me llenaba de orgullo ser el Maradona de la Rambla». Las últimas veces que vió a Diego Maradona por televisión temió un final cercano. «Como futbolista ha sido el mejor. Ha sido una pena cómo ha acabado. Pero quedará el recuerdo del símbolo».

El Maradona de las Ramblas colgó las botas hace años. Dejó el paseo barcelonés para instalarse en Santa Oliva, junto a El Vendrell. Hace poco ha sufrido una delicada operación. «Toca descansar».  Sigue agradecido de haber  sido la foto que inmortalizaron  miles de turistas. Muchos barceloneses sintieron que Sabaté dejase de formar parte de ese paisaje. 

Estuvo en las Ramblas dos décadas. Junto a la fuente de Canaletas, su presencia era visita de guías con grupos de turistas. La muerte de Maradona ha retraído a la mente aquellos años. Ya retirado «intento vivir tranquilo en El Vendrell», donde recaló después de que  en 2006 hiciese una exhibición. Le gustó el pueblo y se quedó. Algunos aún le reconocen.

Internacional
A Sabaté le contrataban ayuntamientos de toda España, donde mostraba sus habilidades luciendo camiseta de la selección catalana. En la Ramblas, principalmente con la del Barça. Su habilidad le llevó a varios países como en 1998, invitado por el ministerio de deportes húngaro para una exhibición  en un amistoso entre Hungría y un combinado FIFA.


En 2005 el Ayuntamiento de Barcelona reguló actividades en las Ramblas y permitió estatuas, pero no al Maradona, a quien obligaron a ir a la zona de Drassanes. No era lo mismo. Ni para Sabaté ni para  las Ramblas. Así que regresaba a su lugar.

El Ayuntamiento le amenazó, pero Sabaté dijo que volvería. Y que le detuvieran. Y sucedió.  Un día mientras golpeaba el balón le subieron a un furgón policial. Y le quitaron la pelota, a la que llamaba María, en recuerdo  de su mujer. De nada sirvieron las quejas de los vecinos. 

El arresto ocupó portadas de periódicos y se constituyó la plataforma  Salvem al Maradona de la Rambla que juntó 10.000 firmas. Sabaté pudo regresar en 2007.   En un programa de televisión le devolvieron a María tras cien días. Aún la conserva. 

El origen

Joan Sabaté llegó a jugar de profesional en el Ibiza. Entonces lo presidía quien fue ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes. Pero Sabaté lo dejó en 1966 para regresar a su Sant Feliu de Llobregat. Pese a que la tocaba bien e incluso llegó a tener ofertas de otros equipos y una prueba para el Barça para la que tenía cita pero no acudió.

En 1982, año de la llegada de Maradona al Barça,  Sabaté entró a trabajar una metalúrgica con un horario que no tenían los futbolistas y con todos los fines de semana en casa. Pero llegó la crisis y Sabaté se vio en la calle. 

Un platillo
Recordó que en un entreno con el Ibiza se puso a tocar el balón en medio del campo y los jugadores le hicieron corro. Un entrenador le dijo que «Si un día te quedas sin trabajo pones un platillo en la rambla y te ganas la vida». Y eso hizo.

Para mejorar entrenó con la idea de  hacerlo sentado en el suelo. Y hasta que no dio 15.000 toques no se decidió a ir a las Ramblas. Fue en 1988. Primero en la zona de  Drassanes y cuando mejoró tomó Canaletes. Al principio no cogía dinero, pero muchos me dejaban monedas junto al chandal.

Estuvo en las ramblas hasta 2008. El último día dando 20 toques, uno por cada año en el paseo. En una despedida que concentró a centenares de vecinos y medios de comunicación. Sus 16.000 toques de balón sentado le valieron para lograr el récord del mundo en 1995 . También ostenta el de la hora con 8.747 toques.

Vídeo de la despedida del Maradona de las Ramblas:

 

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