El Ajuntament de Creixell ha instalado la escultura El peix que menja plàstic, obra de Rosendo Porro Cuesta, del taller L’Enclusa de Canovelles, en la entrada de la playa, donde está el servicio de socorrismo, en el Port Romà. Su función es la de contenedor que pretende promover el reciclaje de plástico en uno de los espacios naturales donde se utiliza una gran cantidad de recipientes de este material.
El objetivo es educativo y nace de la necesidad de reciclar los envases y del problema ambiental que supone lanzar estos residuos al mar, donde tardan más tiempo en degradarse que en la tierra. Con esta iniciativa se pretende evitar que los plásticos acaben en el mar y se incorporen a la cadena trófica de las especies marinas y, en consecuencia, al consumo humano.