El sol siempre brilla en Salou... y desde ahora también el Gordo

La Administración número 1, la de Doña Pilar, fue la encargada de repartir la alegría del Gordo por toda la demarcación

23 diciembre 2019 09:40 | Actualizado a 23 diciembre 2019 09:59
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A las 9.19 de ayer salió el sol en la Administración número 1 de Salou, la de Doña Pilar. El primer premio de la lotería de Navidad logró que la capital de la Costa Daurada fuera nuevamente epicentro de la noticia con una lluvia de millones repartida entre el Cachirulo de Reus y compradores particulares de la localidad. No fueron muchos los que, a primera hora de la mañana, se dieron a conocer en las inmediaciones de la administración pero la emoción les pudo en un día tan especial en sus vidas. «Nunca olvidaré este día», apuntaba Núria Montero, la administradora del establecimiento desde hace un año, cuando cambió de propietarios.

Junto con ella, sus compañeros Reme Paredes y David Maiquez fueron los primeros en presentarse ‘de urgencia’ en el afortunado establecimiento. Al poco tiempo, les acompañó el responsable territorial de las Loterías y Apuestas del Estado en Tarragona.

«Es una locura. No me lo puedo creer que desde Salou diéramos el primer Gordo a la provincia», aseguraba Núria todavía temblando mientras empezaba a atender a los periodistas que llegaban a su despacho de loterías. Y, mientras, algunos coches hacían sonar sus claxones en plena calle Barcelona, en cuyo número 10 se encuentra ubicado Doña Pilar.

Sobre cómo se enteró de que su administración era la afortunada, relata que «estaba tranquilamente desayunando en casa y viendo el sorteo y al ver el número pensé ‘este número me suena’. Fui corriendo a ver la lista y bueno... pegué un grito impresionante».

La verdad es que el día anterior ya había tenido un presentimiento, «fue una sensación muy rara. Le daba tantas vueltas que tampoco dormí mucho», recuerda.

Núria también destaca que «nosotros no nos quedamos con ningún décimo agraciado. Ya habíamos tenido una bonoloto y una quiniela. Imagínate ahora, con el Gordo de Navidad...». Ello supondrá que Salou pase a formar parte de las localidades donde se han vendido en alguna ocasión el Gordo de la lotería. Por desgracia, «hemos acabado devolviendo 8 series», revela Núria, quien asegura también que si hubiera tocado el 43840 (el código postal de Salou) «esto estaría hasta arriba de gente, porque es el número que todo el mundo busca en Salou».

Doña Pilar ha repartido 320 millones de euros. El Cachirulo se llevó 80 series y otras dos series se vendieron a particulares por ventanilla a última hora. Precisamente, muchos de ellos son ciudadanos de Salou que, a lo largo de la matinal, se fueron acercando con cuentagotas hasta el despacho de loterías.

Entre los agraciados está José Luis Sanjuán, de la asociación aragonesa del Cachirulo, que se acercó hasta la administración acompañado de su mujer. Sanjuán aseguraba que él «no la compra. La asociación vienen comprando la lotería desde hace 40 años y hemos repartido participaciones de 6 euros, de los cuales 1 es para la asociación y los otros 5 euros es lo que se juega en cada papeleta».

«Un buen regalo al nieto»

Francisco Álvarez, su mujer Mari, su hija María Dolores y su nieto Marc se personaron pasadas las 10 de la mañana en Doña Pilar. «Compré el décimo el miércoles. No sabía qué número coger y Reme me dijo ‘coge este’ y mira... ¿Que qué voy a hacer con el dinero del premio? Lo primero va a ser acabar de pagar las letras de la furgoneta que quedan, iremos pagando cosas por ahí y luego... ya veremos. Todavía no nos ha dado tiempo a pensarlo. Creo que lo que haremos es disfrutar más, pero sobre todo hacerle un buen regalo a mi nieto». Pintor de profesión, Francisco llegó a Salou en 1961 «cuando todavía no era lo que es ahora». La capital de la Costa Daurada parece agradecerle aquella apuesta con este premio, 58 años después.

A Aurelio Vegliante le han tocado 1,6 millones gracias a que compró cuatro décimos

«Estaba viendo el sorteo en directo, sentado en el sofá de casa, cuando enseguida me percaté de que había tocado», detalla y, sobre el futuro inmediato, explica que «luego -por la tarde- iré a tirarle pienso a las gallinas», en una finca que tiene donde también cultiva verduras.

«Mira, papa, por favor...»

Su hija María Dolores, a la que mucha gente llama Loli, aseguraba que «cada año compramos un décimo mi madre y yo. La verdad es que tampoco somos de comprar décimos ni de participar en sorteos. Hace unos días fuimos a mirar a otra administración de la calle Barcelona y no encontramos ningún número que nos llamara la atención». Es más «ayer -el sábado para el lector- estuve con una amiga en Tarragona buscando un décimo. Y mira...».

María Dolores relata que «estaba durmiendo y han entrado mis padres en la habitación gritando: ‘Loli, Loli, que mira... que nos ha tocado el décimo» y yo les he contestado: ‘mira, papa, por favor...y sí, sí, efectivamente, había tocado». Horas antes «había salido de fiesta con mis amigas. Les dije, ojalá que nos toque a las tres. Y mira. Estoy que no me lo creo... Es increíble, increíble». Aunque también se acuerda de la gente que por estas fechas no tiene salud para disfrutarlas: «ojalá hubiera una lotería para ello y hubiera mucha gente afortunada».

«¿Cava? Estamos aún con el café»

Otro caso muy curioso es el del italiano Aurelio Vegliante, a quien le han tocado 1,6 millones de euros gracias a que tenía cuatro décimos del Gordo.

Expropietario del restaurante ‘Mamma mia’, Vegliante señala que compró los décimos «hace una semana. Cada año suelo comprar 3 o 4 décimos y mira este año», mientras se abrazaba con David Maiquez, quien también soltaba alguna que otra lágrima emocionado al lograr repartir tanta alegría entre sus conciudadanos. Fue de los primeros en llegar al despacho. De ahí que, a preguntas de los periodistas, no tardara en contestar: «¿El cava?¡Si estamos aún con los cafés! Porque aquí aún no ha llegado nadie».Y añadió que «el miércoles nos llamó un comprador de Galicia diciendo que quería este número sí o sí, que se lo enviáramos como fuera. Le explicamos que era demasiado tarde, que ya no estábamos a tiempo, pero insistió tanto que lo hicimos. Nos ha vuelto a llamar, llorando, para agradecérnoslo».

«Estaba desayunando en el restaurante Pa i Oli, de aquí al lado, en la calle Major, cuando me he enterado de que me había tocado. Lo estaba viendo en directo», explicaba Aurelio, quien tampoco evitó la típica pregunta: «¿Qué voy a hacer con tanto dinero? Habrá que repartirlo un poco». Mientras, se iba con una sonrisa de oreja a oreja y un rayo de sol en el corazón. Sol de Salou.

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