'El solar frente al bloque Altamira de La Pineda es un vertedero y un criadero de ratas'

Los vecinos denuncian que esta parcela privada de la avenida Pau Casals lleva cuatro años sin limpiarse y es insalubre y un peligro

19 mayo 2017 21:49 | Actualizado a 22 mayo 2017 13:01
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Las vistas del edificio Altamira de La Pineda dan a un solar abandonado lleno de maleza y porquería. Acumula botellas, latas de cerveza, bidones de aceite de moto, latas de conservas, maderos, algún neumático de coche y hasta bastoncillos para los oídos. Es una suerte de vertedero junto a la turística avenida Pau Casals. A un paso de la playa. Los vecinos aseguran que nadie lo ha limpiado desde hace cuatro años. En mayo solicitaron al Ayuntamiento de Vila-seca, mediante una instancia en el registro, que urja a la empresa propietaria, Propin-Beal SL, a sanearlo. No es la primera vez que denuncian esta situación. Afirman que esta problemática surgió hace más de una década.

«Este solar es un criadero de bichos de todo tipo: hay ratas, cucarachas y en verano se llena de mosquitos. Es insalubre. La gente tira allí de todo, como si fuera un basurero», lamenta José Carrasco, presidente de la comunidad de vecinos. En el bloque viven siete familias durante todo el año. El resto de propietarios, de Tarragona, Barcelona, País Vasco o Aragón, residen allí en verano, Semana Santa o los fines de semana.

Carrasco cuenta que las ratas han destrozado en varias ocasiones las tuberías de suministro de agua potable que pasan por el solar: «Las hemos tenido que cambiar varias veces porque los roedores las muerden. Ahora hemos puesto unas de un PVC especial que es más resistente para que no vuelva a suceder».

El terreno, de unos mil metros cuadrados, está vallado por una exiguo cercado de alambre en los laterales y un murito de ladrillo en los extremos. Es muy fácil saltarlos. «A veces entra algún niño porque se le cuela la pelota. Es un peligro, los hierbajos están muy altos y no se ve lo que hay en el suelo. Pueden pisar cualquier cosa y hacerse daño. Además, supone un riesgo de incendio», comenta Carrasco.

 

Cien metros de discordia

De momento, solamente han sufrido percances leves. «Tres niños tuvieron que ir a urgencias a causa de picaduras de mosquito», recuerda Víctor Ferra, vicepresidente de la asociación de vecinos del edificio Altamira.

Más allá de esto, reprochan la mala imagen que da este solar al turismo. Es el único que queda sin construir en la avenida Pau Casals. «Advertimos al Ayuntamiento de esta situación antes de verano para que les diese tiempo a solucionarlo antes del inicio de la temporada turística. Este verano ha venido menos gente al edificio, quizá el mal estado del solar ha influido», señala Carrasco.

Así pues, los vecinos del bloque Altamira exigen al consistorio que efectúe una inspección «urgente» y obligue a los dueños de la parcela a limpiar «cuanto antes». «Y si no lo hace, que lo limpie el consistorio», añaden.

Aparte de la suciedad, critican que, cuando valló el solar, la empresa Propin-Beal «se adueñó de cien metros cuadrados que eran propiedad de la comunidad de vecinos –frente a la entrada al edificio–». De hecho, el cercado abarca una zona señalizada para aparcamiento de vehículos y una farola. «Ya hemos tramitado la denuncia a través de nuestros abogados y estamos a la espera de noticias del juzgado», concluye Carrasco.

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