El turismo ruso cae un 50% y marca una temporada 'dura' en la Costa Daurada

La ocupación registrada en la primera quincena de agosto fue del 89,6%, tres puntos por debajo que en el mismo periodo de 2014

19 mayo 2017 21:57 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:31
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La Costa Daurada se acerca al final de una temporada turística complicada. Las previsiones en torno al mercado ruso se han cumplido y se ha desplomado un 50%. Asimismo, y bajo esta premisa, los 86 establecimientos que conforman la Associació Hotelera Salou-Cambrils- La Pineda definen el verano como «duro y difícil».

En la entidad no reina precisamente el optimismo. Agosto solía ser un mes con buenos resultados gracias, sobre todo, al turismo ruso. Los hoteles que más se habían especializado en este cliente son los que lo han pasado peor. Y es que, según apunta el portavoz de la entidad, Xavier Roig, «el mes de julio fue flojo; agosto, a falta de los datos de la segunda quincena, parece que ha ido mejor; y septiembre se presenta regular, sobre todo por la caída del mercado ruso». «La temporada no puede calificarse de buena. Será mala, el balance es negativo», lamenta Roig.

Descensos

Según los datos del Observatori de Turisme de la Costa Daurada, en la primera quincena de agosto, la ocupación registrada fue del 89,6%, tres puntos por debajo que en el mismo periodo del año pasado, cuando se situó en un 92,50%. En julio también cayó un 7% respecto al 2014. Todo ello ha llevado a los empresarios del sector a realizar ofertas para llamar la atención, principalmente, de turistas de proximidad.

Desde principios de año hasta el 31 de julio hubo 553.754 pernoctaciones menos de clientes de origen ruso que, a pesar de haber recuperado unas 400.000 con visitantes de otros mercados, no se han podido compensar, según apuntan desde la entidad. Ha aumentado el número de visitantes procedentes del mercado nacional, el británico y el irlandés.

En el sector del camping, a la espera de tener en mano los datos oficiales, esperan llegar a una ocupación del 75% durante el verano, tres puntos por encima que el año pasado. La presidenta de la Associació de Càmpings de la Costa Daurada i les Terres de L’Ebre, Berta Cabré, apunta que ha sido una temporada «estable» con un incremento del cliente catalán y del mercado nacional, además de ligeras variaciones en el internacional.

Aún así, Cabré añade que, debido a que el clima también ha sido favorable este verano en otros puntos de Europa, parte de los visitantes que buscan sol y calor se han quedado en alojamientos de Francia u Holanda. El mercado que predomina en la demarcación, sin embargo, sigue siendo el francés, seguido del holandés, el belga, el inglés y el irlandés.

A pesar de mostrarse satisfecha, Cabré afirma que el verano ha sido más positivo por el alojamiento en bungalows o mobile home, que acostumbra a reservarse con más anticipación, que por la acampada y el caravaning, que es más improvisado. También han detectado que se ha reducido un día la estancia media de los turistas, pasando de 6,2 a 5,2, con una tendencia de que las vacaciones sean cada vez más cortas. Esta cuestión potencia también el cliente de proximidad. Y es que, durante la primera quincena de agosto, el cliente catalán y del estado ha supuesto un 59% del total en los campings.

La representante del sector campista, además, subraya que el mes de septiembre acostumbra a ser también positivo en cuanto a reservas, eso sí, si la climatología es favorable, de modo que se mantienen a la expectativa.

Terres de L’Ebre, al 90%

La ocupación en los alojamientos rurales de las Terres de L’Ebre ha llegado este mes de agosto hasta el 90%, unas cifras que servirán para salvar los muebles del sector este verano tras un mal julio en el que sólo se rozó el 50% y con dificultades. Las reservas se han realizado a última hora, la mayoría pocos días antes de las estancias y esta última semana del mes de agosto se ha notado un descenso respecto al resto del mes.

El visitante ha sido un turista de proximidad, sobre todo de Catalunya. La portavoz de la Associació de Turisme Rural de les Terres de L’Ebre (Aturebre), Imma Masià, no descarta que las altas temperaturas de julio provocaran que el turista escogiera destinos más de interior y montaña. «El tiempo ha influido para tener un buen agosto», apunta. De cara en septiembre, las previsiones no son optimistas y sólo reciben llamadas para el puente de la Diada.

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