Elisa Micciola: 'Volver al lugar es señal de salud'

 Elisa es psicóloga de las víctimas del 17-A

05 agosto 2019 09:43 | Actualizado a 05 agosto 2019 18:45
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¿Cómo está yendo la recuperación psicológica de los heridos y testigos del 17-A?
Cada persona es un mundo. Es verdad que en los primeros meses es más habitual ver que los afectados no regresan al lugar de los hechos, que evitan mirar las noticias o contactar con cualquier cosa que les recuerda a lo que pasó. Para ellos es muy doloroso. Al final es una herida psicológica, que hace daño, y cada vez que hay algo que te recuerda a ello te duele. El postraumático no recuerda, sino que revive. Todo el dolor y la angustia que te conecta con aquella memoria.

Pero el tiempo va curando. 
Lo habitual es que con el paso del tiempo ese dolor vaya a menos y que ese impacto sea más leve. Nos encontramos con personas que vuelven al lugar y eso es maravilloso, porque te permite reconstruir nuevas experiencias y poderlo vivir de nuevas maneras. Hay quien me dice: ‘Yo volví meses después a Cambrils. Recordaba que todo aquello era oscuro y tenebroso y vi que no era así en realidad. Di un paseo y me pareció un lugar agradable’. Volver te permite conectar de otra forma, te reconstruye. 

¿Dos años es tiempo suficiente para haberse repuesto?
Sí, puede ser un tiempo suficiente. Las heridas psicológicas se tienen que tratar. Cuanto mejor las tratemos, mejor nos recuperaremos. Es como cualquier herida física. Es un signo de salud y está muy bien que se vaya volviendo. 

¿Hay algún tempo o plazo establecido de recuperación?
En psicología decimos que no hay respuestas buenas ni malas. Preguntamos varias cosas, cuestiones de este tipo: ‘¿Cómo te sientes contigo mismo? ¿Te apetece ir o no?’ Es una cuestión  de sensación, muy de piel. Si empezamos a poner tempos o fechas, generas presiones y cada uno reconstruye en base a su vivencia. Vemos que cada vez hay más gente capaz de dar esos pasos y no puede ser otra cosa que una señal de salud.  

El impacto siempre es brutal.
Ningún ser humano está preparado para esto, para vivir algo así en sus carnes, para sentirlo, para verse rodeado de imágenes en las que tú ves peligrar tu vida. Es un sentimiento y una emoción que te atraviesa tanto que no hace falta que te haya golpeado un coche o algo así. Es la propia sensación de peligro, que no solemos vivir en el día a día. Si estuviéramos en un país en guerra, lo procesaríamos distinto. 

¿Alguien que solo sea testigo puede tener secuelas?
Claro. El testigo directo ha estado en una posición de perder la vida y que ha visto cómo la de los demás se desvanecía, además de una forma tan brutal. Cuando hablamos de trauma en psicología es un daño real, que genera trastornos determinados como la ansiedad y que requiere tratamiento farmacológico. Hablamos de estados en los que no se puede volver, por ejemplo, a centros comerciales. Son vidas que han dado un vuelco. La herida psicológica se tiende a banalizar, pero al final no hay tanta diferencia con la física. 

¿Qué le diría a la persona que aún no se haya recuperado?
En las primeras semanas estas reacciones de no salir a la calle son normales. Si pasados dos años hay personas que siguen viviendo con miedo y evitan volver al lugar de los hechos o siguen alterados, les recomiendo que acudan a un profesional, porque estamos ante una lesión psicológica que debe ser tratada como cualquier percance físico.

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