En busca de un cambio de modelo para salvar las playas

Coma-ruga acoge una reunión de reprsentantes desde Sitges a Tarragona para analizar cómo proteger la costa

19 febrero 2020 20:30 | Actualizado a 19 febrero 2020 20:55
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El reciente temporal Gloria ha demostrado que las cosas no serán como hasta ahora, que el cambio climático es una realidad y que la costa va a estar sometida a fuertes azotes, por lo que hay que comenzar a aplicar estrategias para intentar preservar los litorales.

Deben ser estrategias comunes y  coordinadas. Los temporales no entienden de límites territoriales ni administrativos.  Por ello Coma-ruga ha acogido un encuentro de representantes de los ayuntamientos desde Sitges a Tarragona, para analizar qué medidas deberán tomarse para evitar la desaparición de playas, que a su vez son el primer colchón de protección de las tramas urbanas.

La reunión es un primer contacto que debe repetirse para compartir iniciativas y experiencias. Unas acciones que en todo caso pasan por un cambio en la gestión de las playas. Incluso más hacia el interior.  

El propio Ministerio de Transición Ecológica, empieza a plantear el no descartar la posibilidad de deconstruir en zonas que naturalmente formaban parte del mar y hoy están llenas de construcciones. 

La franja costera de Sitges a Tarragona sigue un continuo arenal, a excepción de puertos y otras barreras, que presenta problemáticas comunes. Pero además de actuaciones locales, deben intervenir las administraciones como Generalitat y el Gobierno Central.

Pasa además por la concienciación del concepto de playa. No es un arenal donde extender una toalla tres meses. Es un ecosistema vivo donde las dunas, las especies vegetales de la arena y del mar juegan su papel para asentar firmes  y resistir a los temporales.

 Los ayuntamientos impulsan acciones como dejar en la orilla las plantas que arrastran las mareas ya que retienen la arena que arrastra el viento y las mareas. Otros plantan especies como el lirio de mar que con sus raíces ayudan a fijar el sedimento. También se impulsa la creación de zonas dunares que frenan los embates de las olas. El concejal de Ecología Urbana de Calafell, Aron Marcos, señaló que la situación obliga a un replanteamiento global, además, tierra adentro. 

La zona que busca la implicación de los municipios está delimitada por los ríos Gaià y Foix que cada vez aportan menos sedimentos a la costa debido a que sus presas no liberan el agua necesaria. Unido a que el interior está hormigonado y construido, reduce la posibilidad de llegada de sedimentos a la costa.

La concejal de Medio Ambiente de El Vendrell, Nuria Rovira, señala que la única solución es «un nuevo modelo de gestión de las playas». Y eso pasa por empezar a plantear la limpieza manual de la arena para evitar rastrillados agresivos o la creación de sistemas dunares. En todo caso es un cambio de la concepción de las playas para lo que debe jugar un papel importante la concienciación ciudadana sobre el valor ese ecosistema y lo que realmente está en juego.

Uno de los equilibrios que deberá hacerse es el del uso turístico  de las playas y el ambiental. Pero con la conciencia de que sin el segundo, el primero está condenado. Y sin un nuevo y obligado modelo, deja al litoral, más allá de las playas, a merced de temporales que serán cada vez más violentos. 

Ahora suena a imposible. Pero el temporal Gloria dejó claro en la costa de Levante que no quiere casas en la zona que de forma natural sería mar. Algunas de esas casas quedaron destrozadas por el oleaje. 

El Ministerio planteó empezar a pensar en deconstruir el litoral.  Sobre esa posibilidad, el concejal de Cunit, José Manuel Cabada, destacó que cualquier actuación de este tipo debe tener muy en cuenta los efectos. 

Entre esas posibles deconstrucciones estaría el puerto de la térmica de Cubelles una vez la fábrica está desmantelada. Los diques de lo que era una toma de agua para la central llevan más de tres décadas ahí. Endesa, propietaria de los terrenos y responsables de esas bareras de piedra espera una respuesta para saber si los mantiene o deben eliminarse.


Cabada señala que Generalitat y Ministerio estudian los efectos que podría tener la retirada de las barreras de piedra para las playas más próximas que tienen la configuración actual.

En Cunit también se ha cuestionado mucho el efecto de los espigones paralelos a la costa y que con tres décadas han configurado unas playas en forma de calas, pero que ahora no frenan a los temporales.

Los ecologistas también piden poner la mirada en paseos marítimos y urbanizaciones.

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