«Es muy extraño oficiar una misa sin feligreses»

«Son momentos en los que muchos buscan la espiritualidad. Estar reconfortados». Mosén Antonio Rodríguez, vicario de la iglesia de Sant Salvador de El Vendrell se encarga de mantener esa llama.

Pero también de pelar fruta para llevarla a familias necesitadas, de empaquetar batas de plástico, repartir mascarillas de protección o estar pendiente de las necesidades que pueda tener algún colectivo para buscar y repartir ese material. Sólo le falta coser.

Cada día celebra una misa en la iglesia de El Vendrell. A puerta cerrada. En la capilla del Santísimo. Sin feligreses. «Es extraño», narra el vicario Antonio Rodríguez. Ese extraño silencio del vacío. Cuando en cambio parece que todo suena más en el interior del templo.

Por Whatsapp

«Pero sé que en la distancia muchos vecinos sienten esa celebración». Se lo confirman después al vicario por whatsapp. Los feligreses, «incluso los más mayores se han incorporado a esa nueva tecnología que en estos momentos también permite unir sentimientos».

La iglesia de El Vendrell está cerrada para oficios con feligreses desde que se decretó la alarma sanitaria. Aunque de 10.00 a 12.00 tiene las puertas abiertas. «Por si algún vecino quiere ir a ofrecer una vela». En esa franja horaria apenas son una decena las personas que entran en el templo. «Están un minuto. Lo justo para pedir protección y hacer la ofrenda».

El párroco oficia la celebración en la capilla del Santísimo. Con la sacristana. «Pido por la protección para todos». Algún vecino le ha solicitado por teléfono una oración por un familiar fallecido, por la sanación de un amigo. Son momentos en los que se busca la espiritualidad.

«Con todo lo que estamos viviendo hay muchas personas que necesitan estar reconfortadas espiritualmente», explica el mosén. «Les ayuda mucho saber que en su iglesia sigue la actividad por todos».

Por televisión

Con motivo del pasado Domingo de Ramos la asociación Amics de l’Orgue impulsó la retransmisión de la misa por la televisión local. «Como una prueba». Tuvo tal aceptación que ahora se hace con la misa de los domingos. También a puerta cerrada. «Son muchos los que lo agradecen y les conforta». Se lo explican al vicario por Whatsapp.

«Los feligreses de todas edades se han habituado a esa red social. Mantenemos conversaciones y reflexiones a distancia cuando la proximidad no es posible». Cuando no hay un hombro o una mano cercana.

Hace unos días Antonio Rodríguez pudo acudir al cementerio. Para acompañar a despedir a una persona que había fallecido. Sólo pudieron acudir dos familiares. «Es una situación muy dura».

Pero tras esas misas a puerta cerrada, Antonio Rodríguez ayuda a repartir comida, mascarillas de seguridad «en la residencia, en el CAP, a vecinos que lo necesitan...». También prepara actividades infantiles.

El párroco de El Vendrell es director de esplai infantil. Este año esa actividades van a estar muy condicionadas por la situación sanitaria. Incluso podría ser que fuesen muy restringidas.

«Estoy preparando actividades que sean muy culturales. Las clases en el colegio están muy afectadas. El objetivo es aprovechar esas actividades para hacer refuerzos de la manera más didáctica porque muchos lo van a necesitar».

Señala que estos momentos de incertidumbre la misión de la iglesia debe ser la de ayudar y la de dar tranquilidad. Por eso cuando cae el día es el momento en que el que mosén Antonio mantiene un largo encuentro con los feligreses a a través del Whatsapp.

También hay mucho tiempo para pensar. «Todo lo que está pasando está escrito en la Biblia. Estas situaciones ponen a prueba a las personas. Y se ha demostrado que han sacado lo mejor que llevamos dentro. La solidaridad y el ayudar quien más lo necesita. ¿Y ha sacado lo peor? Yo sólo miro lo bueno».

Y pensar en lo que hay que hacer al día siguiente. Preparar los paquetes de fruta, llevar mascarillas a los abuelos.... hablar con sus feligreses. Y la oración de cada mañana.