Jorge Casas se recupera en el hospital tras tirotear el funeral de su supuesta víctima mortal

Uno de los agentes atacados por el presunto asesino de Miami Platja se debate entre la vida y la muerte al recibir un proyectil entre el cuello y la mandíbula

07 julio 2017 08:42 | Actualizado a 07 julio 2017 10:27
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Jorge Casas Cordero, de 44 años de edad y hasta hace un tiempo vecino de Calafell, fue operado en la tarde de ayer en el Hospital Clínic de Barcelona por dos heridas de bala –una en el brazo y otra en la pierna– cuando intentaba huir del cerco al que fue sometido por los Mossos d’Esquadra, que terminaron deteniéndole en una urbanización de Canyelles, municipio situado en la comarca del Garraf.

Este individuo podría ser el autor material del asesinato de Miguel Martín Vargas, el vecino de 63 años de edad residente en el número 52 de la avenida València de Miami Platja, que el lunes por la mañana fue descubierto por una vecina en el suelo de la cocina y con una bala del calibre 22 en el tórax. La muerte se habría producido a mediodía del pasado domingo.

Jorge Casas está detenido después de protagonizar ayer a primera hora de la tarde varios disparos contra dos agentes de la Policía Local de Gavà –uno de los cuales, de 50 años, se debate entre la vida y la muerte al recibir un proyectil entre el cuello y la mandíbula– y un posterior intento de atropello a los agentes de los Mossos d’Esquadra cuando lo estaban acorralando en su ruta de huída hacia el sur. Las últimas informaciones hablan de que fue operado con éxito en el Hospital de Bellvitge, pero con pronóstico reservado. La gravedad de las heridas motivó que se difundiera la posibilidad de que el sargento del cuerpo de la Policía Local de Gavà hubiera fallecido.

Una barba negra y espesa y una gorra calada hasta los ojos del mismo color le tapaban la cara. Jorge vestía con pantalón vaquero y camiseta de manga corta negra y unas botas de montaña caqui

El objetivo era el tanatorio

La vinculación entre Jorge Casas con la víctima mortal de Miami Platja se conoció públicamente ayer ante la presencia de este hombre en las inmediaciones del tanatorio de la localidad del Baix Llobregat, donde la familia de Miguel Martín le daba el último adiós en un funeral.
Casas llegó con su Alfa Romeo 156 verde por la mañana y su presencia en la zona levantó más de una sospecha entre los empresarios y trabajadores del polígono industrial donde se encuentra el tanatorio.

Una barba negra y espesa y una gorra calada hasta los ojos del mismo color le tapaban la cara. Jorge vestía con pantalón vaquero y camiseta de manga corta negra y unas botas de montaña caqui. Portaba una mochila clara con una sorpresa en forma de arma en su interior. 

Nadie sospechaba que en la mochila guardaba un rifle deportivo, concretamente un Vz 58 Sporter 222 Remington. Se trata de un fusil deportivo similar a Ak-47 que se fabrica en la República Checa.

Esta similitud visual con el Kalashnikov ruso o una ametralladora provocó que en los primeros mensajes de pánico reflejados en las redes hablaran de un árabe armado perpetrando un ataque yihaddista más que un ajuste de cuentas o una venganza como posteriormente se decantó la línea de investigación.

La similitud visual con el Kalashnikov ruso provocó que en los primeros mensajes de pánico reflejados en las redes hablaran de un árabe armado perpetrando un ataque yihaddista

Los Mossos d’Esquadra, una vez detenido el sujeto en una casa abandonada de Canyelles, informaron rápidamente de que se descartaba el ataque terrorista y que las motivaciones iban por otros derroteros.

El arresto del sujeto, pudo desactivar el confinamiento de toda la urbanización ante el temor de que resultara alguien herido mientras se cercaba al sospechoso. 

Detener a Jorge Casas fue posible tras una persecución por carretera y un seguimiento en helicóptero. En uno de los controles policiales de la C-31, el presunto asesino intentó atropellar a los agentes y estos respondieron con cinco disparos, dos de los cuales le hirieron en el brazo y en la pierna. El abandono del coche y la intención de esconderse en la urbanización de Canyelles fueron dos intentos fallidos antes de su detención a media tarde. Sólo los dos policías locales habían sido heridos.

Una vez arrestado, los agentes se apropiaron del arma. Comprobaron que el rifle utiliza munición del calibre 22, la misma que se encontró en el asesinato de Miami Platja y días atrás en los disparos que mataron a un camarero e hirieron de gravedad a la dueña de un bar de Vilanova i la Geltrú. Las coincidencias del calibre refuerzan la idea de que el autor de los tres sucesos pueda ser el mismo y las balas salieran del mismo cañón. Ayer, Mossos d’Esquadra confirmó en rueda de prensa la posibilidad de conexión entre los tres escenarios, pero no dio por segura esta hipótesis a la espera de que el informe balístico verifique o descarte esta coincidencia.

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