Juzgarán a dos porteros de un club de Miami Platja por una 'brutal paliza'

La agresión se produjo hace 14 años. La víctima, que era cliente del local, sufrió la pérdida de un diente y posteriormente rompió la luna del establecimiento

19 mayo 2017 15:48 | Actualizado a 19 mayo 2017 15:48
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Dos porteros de un club de alterne situado en la localidad de Miami Platja se sentarán la próxima semana en el banquillo de los acusados de la Sección Segunda de la Audiencia de Tarragona por haber asestado presuntamente una paliza a un hombre al que denegaron la entrada en el establecimiento. Ambos procesados están acusados de un delito de lesiones:uno se enfrenta a cinco años de prisión y el otro, a dos años y medio. Además, el Ministerio Público pide para ambos el pago de una indemnización a la víctima de 4.500 euros por las lesiones causadas. Y uno de los acusados se enfrenta al pago de 1.395 euros por la pérdida del diente y 6.000 por el resto de las secuelas.

Por su parte, el fiscal pide para la víctima el pago de una multa de 1.086 euros por el delito de daños, además de una indemnización de 585,71 euros, –el importe de la reparación del cristal–. Se tiene en cuenta la atenuante de estar bajo los efectos del alcohol.

El altercado se produjo sobre la una de la madrugada del 8 de marzo de 2003 en un club situado en la avenida de Barcelona de Miami Platja. La víctima fue expulsado del local. Una vez en el exterior, uno de los acusados –según la Fiscalía– le dio varios puñetazos en la cara, arrancándole como un diente y cayendo al suelo, haciéndose daño en las muñecas. Ambos comenzaron una pelea, a la que se unió el otro portero. Los dos porteros comenzaron a pegarle «de manera brutal y salvaje, innumerables golpes, puñetazos y patadas» a la víctima.

 

Sin pulsera y gafas

Como consecuencia de la agresión, la víctima tuvo la pérdida de una pulsera y se le rompieron las gafas. Además, sufrió una luxación, varias fracturas. Tuvo que pasar por el quirófano y le enyesaron. Para su curación fue necesario el ingreso hospitalario a lo largo de seis días y durante 90 estuvo incapacitado para el ejercicio de sus ocupaciones habituales. Le han quedado como secuelas la pérdida del diente, problemas en la muñeca y varias cicatrices. Cuando llegaron los agentes al lugar lograron parar la pelea. Pero la víctima, «a causa de la rabia contenida por los golpes recibidos y los efectos producidos por la previa ingestión de bebidas alcohólicas», dio una patada a la luna de cristal del establecimiento, rompiéndolo.

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