El servicio Bon Dia del Ayuntamiento de La Bisbal del Penedès crece en número de voluntarios. Las vecinas Àngels y Roser se han incorporado a una iniciativa que vela por el bienestar de los abuelos del municipio.
Muchas personas de la tercera edad viven solas en urbanizaciones alejadas del núcleo urbano. Son zonas sin transporte público y el objetivo es que esas personas estén controladas por si necesitan algo. Bon Dia también pretende que esos vecinos de mayor edad se sientan queridos y que alguien está pendiente de ellos.
Las medicinas
Las voluntarias llaman cada día por la mañana a los vecinos de más edad. Para darles los buenos días, preguntarles cómo han pasado la noche y si necesitan alguna cosa. También para recordarles que se tomen la medicación o que tienen visita en el médico. Y para charlar un rato.
Ya son 43 las personas mayores de 65 años que se han apuntado al Bon Dia para que las llamen. El servicio es gratuito. «Es más que una simple llamada. La voluntaria y la usuaria acaban estableciendo lazos de amistad», explica la concejal Judit Vidal.
Encuentro
Hace unos meses ya se celebró un encuentro entre usuarios y voluntarios ya que en muchos casos, a pesar de llevar hablando y confiándose vidan durante un tiempo no se habían visto las caras.
El servicio se activó cuando en una campaña electoral el equipo de gobierno constató que muchas personas de edad avanzada vivían solas y pedían un autobús para poder llegar al centro urbano. Ante la imposibilidad económica se pensó en ese contacto diario.
En el caso de que el usuario no responda a la llamada del Bon Dia, se contacta con la familia o con amigos y vecinos próximos.
Muchos abuelos esperan cada día la llamada despiertos y explican lo que van a preparar para comer o lo que van a hacer durante el día. La llamada les da tranquilidad en unas urbanizaciones en las que viven pocas personas durante el año.