La Fiscalía investiga las últimas incidencias y averías de Vandellòs II

Abre diligencias a raíz de la denuncia presentada por un grupo ecologista que cuestiona la operativa de la nuclear
 

27 abril 2018 07:37 | Actualizado a 02 mayo 2018 09:48
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La Fiscalía de Tarragona ha abierto diligencias de investigación sobre la serie de incidencias y averías que se han producido en los últimos meses en la central nuclear Vandellòs II. La intervención del Ministerio Público se produce a raíz de la denuncia presentada por la Asociación Sociedad Humana. En el escrito se asegura que la planta, a pesar de la existencia de dos fugas en la barrera de presión, siguió operando a plena potencia «de forma ilegal e insegura» durante al menos dos semanas.

El escrito, que tiene fecha de entrada en la Fiscalía de Tarragona Secció de Medi Ambient el pasado día 16, señala que desde el 13 de febrero la central viene sufriendo varios incidentes. Y como documentos aporta diferentes noticias publicadas en los medios de comunicación, y especialmente en el Diari de Tarragona, en las que «se deja constancia de la denuncia de entidades ecologistas por la irregularidad en la gestión».

Pero los denunciantes reconocen que la información se ofrece de forma «muy sesgada y parcial», dada la imposibilidad de conocer la realidad de lo sucedido, «más allá de la propia información que por vías oficiales tiene que dar la empresa gestora de la explotación nuclear, así como por la altísima especialización necesaria para entender y exponer tanto los hechos como los procedimientos y consecuencias de su inaplicación». 

El escrito asegura que el envejecimiento de Vandellòs II –central construida en 1988– supone «un serio peligro para la seguridad de las instalaciones», habida cuenta del envejecimiento de los materiales, la extraordinaria peligrosidad de su actividad y el hecho de que existan materiales no susceptibles de renovación por su contaminación extrema radioactiva.

Cumplimiento de la normativa
Todo ello, recalca, «implica la necesidad de mantener un puntual y extraordinario cumplimiento de la normativa en materia de seguridad, y realizar un seguimiento de cualquier avería o incidencia, por pequeña que sea». Oficialmente, el pasado 2 de marzo se inició una parada no programada del reactor para acceder al recinto de contención y localizar el origen de un goteo de agua, en el sistema de refrigeración del reactor. Esta medida fue tomada para descartar que corresponda con una fuga en la barrera de presión (conjunto de todos los componentes sometidos a la presión del reactor y que forman parte de sus sistemas de refrigeración o que están conectados a él).

La Associació Nuclear Vandellòs-Ascó (ANAV) publicó un escrito en su página web en el que se leía: «La central nuclear Vandellòs II, siguiendo los procedimientos establecidos, ha notificado al Consejo de Seguridad Nuclear que da inicio a la parada de planta, después de haberse observado un pequeño aumento del caudal de agua recogida en los sumideros del edificio de contención».

Añadía el escrito que si bien dichos valores se situaban muy por debajo de los establecidos, «la decisión operativa ha sido llevar a la planta a la parada, de manera que se den las condiciones necesarias para acceder a la contención y llevar a cabo las actuaciones que permitan identificar el origen de este goteo y descartar que proceda de la barrera de presión».

El informe de Astecsn
Pero una asociación se mostró más crítica. Se trata de Astecsn (Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica), formada por funcionarios del Cuerpo de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear. En dicho informe alertaba de la comisión de diferentes irregularidades en los procesos de seguridad interna, «con un extraordinario potencial de causar un accidente nuclear», según la Asociación Sociedad Humana. Dicho informe no ha tenido respuesta por parte del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear.

El informe del Astecsn asegura, siempre según la asociación denunciante, que las fugas de la barrera de presión, aun en el caso de que sean pequeñas, pueden ser el síntoma de un fallo de un elemento de dicha barrera de presión cuya rotura podría dar lugar a una pérdida de refrigerante, con el consiguiente riesgo de fusión del núcleo del reactor y escape masivo de radioactividad al medio ambiente. Por ello, las especificaciones técnicas de funcionamiento, la verdadera normativa de funcionamiento de la central, indica que el nivel de fuga aceptable de la barrera de presión es estrictamente cero.

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