La Fiscalía pide cinco años de prisión por secuestrar a su consuegro

Habría organizado los hechos y otros tres cómplices materializaron el rapto del empresario

07 noviembre 2018 07:39 | Actualizado a 07 noviembre 2018 07:47
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La Fiscalía de Tarragona pide cinco años de prisión para un hombre acusado de haber secuestrado a su consuegro para pedir un rescate de 350.000 euros. Del delito de detención ilegal están acusados también otras tres personas. Para dos de ellas también se les pide otros cinco años por un robo con violencia y que sustrajeron el teléfono móvil de la víctima, su reloj y las llaves –de su casa, oficina y coche–. Así se recoge en el escrito de acusación, al que ha tenido acceso el Diari. El juicio tendrá lugar en la Sección Cuarta de la Audiencia de Tarragona en una fecha por determinar. 

El Ministerio Público sostiene que los acusados, utilizando un plan preconcebido, planearon el cautiverio del perjudicado –un empresario del sector de la construcción–, con la intención de solicitar a la familia una cantidad económica a cambio de la liberación del mismo. Cada uno de los miembros –tres españoles y un argentino– tenía su propio rol dentro de la banda. De este modo, el consuegro, Antonio G.P. –conocedor de la situación económica de la víctima–, organizó todo el montaje, mientras que los demás encausados materializaron el cautiverio. Gustavo F. T. se encargó de la vigilancia del perjudicado el día de los hechos. Éste, junto a Carlos Andrés C.T., asaltaron al perjudicado, mientras que Juan J.C. proporcionó el vehículo en el que se introdujo al perjudicado para trasladarlo a la vivienda y participó activamente en la consumación de los hechos.
Sobre las 20.30 horas del 15 de octubre de 2013, la víctima estacionó su vehículo en un parking. En los alrededores, Gustavo y Carlos se habrían abalanzado sobre él y le pusieron un pasamontañas. Lo introdujeron en el interior de un vehículo Renault Laguna, propiedad de uno de los encausados. Le dijeron: "Si te portas bien, no te vamos a hacer daño. No te vamos a hacer nada». Fue entonces cuando le quitaron el móvil, el reloj y las llaves.

La víctima fue trasladada a una vivienda, cuya ubicación no ha quedado determinada. Allí, Juan y Antonio –que realizaban labores de vigilancia– lo dejaron en un primer momento en el interior de la bañera y le quitaron la cadera de oro. Posteriormente, lo postraron sobre un colchón, atado de pies y manos, amordazado y portando un pasamontañas. Durante el tiempo que duró el cautiverio, los acusados no le dijeron al perjudicado ni comida ni bebida.

A las 10.21 horas del día siguiente, los acusados enviaron  un mensaje al teléfono del hijo de la víctima. Para ello utilizaron el móvil de cautivo. El mensaje era: «Tenemos a tu papa si quiere volverlo a ver siga las instrucciones 350000eu. Nonbra pagador i numero de identidad coche i matricula a nuestras ordenes 48 h si avisa poli lo pagara el mandar msje con datos pagador (...)». Precisamente, 350.000 euros era la cantidad que había recibido la víctima después de haber vendido un local. 

Ese mismo día, Antonio había conocido por parte del entorno familiar del perjudicado que habían denunciado los hechos. Los acusados le dijeron a la víctima «que nos vamos» y le subieron a un vehículo, con el que realizaron el trayecto de unos 20 minutos.
Los acusados liberaron al perjudicado sin haber obtenido cantidad alguna. Lo dejaron sobre las siete de la tarde en un camino de tierra perpendicular a la T-325, en Salou, cerca de unos olivos. Le dijeron: «Espérate aquí, que ahora te vendrán a buscar». El perjudicado consiguió desatarse y acudió al domicilio de su hijo.

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