La antigua N-340 reabrirá en verano en pleno proceso de transformación

Las obras avanzan según el calendario y la previsión del consistorio es habilitar la circulación en breve. Mientras, se llevarán a cabo los trabajos en el paseo central. Los vecinos celebran que quede atrás esta barrera arquitectónica

09 junio 2018 16:03 | Actualizado a 15 junio 2018 10:58
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La antigua N-340 y la vía del tren son las dos grandes barreras que dividen Cambrils. Un municipio que ahora está en pleno proceso de transformación. El adiós al histórico puente de la nacional y la construcción de un gran paseo –la Avinguda Baix Camp– es un primer paso para dejar atrás esta gran fragmentación y configurar un núcleo urbano más integrado, más amable. También para dar una imagen renovada a esta zona que da acceso al municipio. Las obras avanzan a buen ritmo y la previsión con la que trabaja el consistorio es que el nuevo paseo pueda reabrirse al tráfico en breve, entre finales de junio y principios de julio.

Según explica la alcaldesa, Camí Mendoza, «todo va sobre el calendario establecido. Empezamos las obras después del pasado verano, intentando que trataran de afectar a este lo mínimo posible». Quieren descongestionar el problema del tráfico de vehículos, sobre todo en los meses de temporada alta. Así que, como apunta Mendoza, «tenemos previsto abrir en breve la circulación aunque el paseo no esté terminado. Al menos para que se pueda circular».

Los trabajos seguirán, pero concentrados en la parte central. Para poner baldosas, aceras, plantar árboles y urbanizar el futuro paseo. «El vecindario está muy contento por lo que supondrá para el barrio», remarca Mendoza. Y es que el barrio de L’Eixample tiene, a nivel urbanístico, unos límites muy marcados: la vía del tren y la N-340. «Esto hacía que costara evolucionar. Ahora la gente de L’Eixample y La Pallissa estarán más conectados. Y esto ayudará a desarrollar actividades comerciales y empresariales más fácilmente. Regenerará el día a día de estos dos barrios», añade.

La mayoría de vecinos de la zona celebran la obra, pese a lamentar que llega más tarde de lo que habrían deseado. «Ya era hora que desarrollaran el proyecto. Llevamos años esperando. Pero quedará muy bien», señala Manuela Castaño. «Será un bien para todo el barrio», remarca Francisco García. Y también subrayan lo que supondrá a nivel de tráfico –y de estética–. «El paseo quedará muy bien. Habrá menos tráfico», añade Carlota Plaza. Es un sentimiento generalizado. La mayoría coinciden en que las obras pueden generar molestias, pero que en este caso es para algo que les beneficiará. «A mí no me molesta. Quedará muy bonito y las obras son para algo positivo», apunta Dolors Ginesta, también vecina de la zona, mientras muestra desde su balcón el estado actual de la futura avenida, en plenas obras.

El inicio, hace más de ocho años

La antigua carretera N-340 a su paso por Cambrils es de titularidad municipal desde el año 2010, cuando el Ministerio de Fomento la cedió al Ayuntamiento. Y fue entonces cuando empezó a diseñarse el proyecto de la Avinguda Baix Camp. Desde entonces, se han desarrollado distintas actuaciones en el entorno de esta carretera, todas ellas dirigidas a facilitar su integración en el núcleo urbano e ir rompiendo, poco a poco, esta enorme barrera arquitectónica.

Todo empezó con la rambla que hay entre la calle Camí de la Creu y el término municipal de Vinyols i els Arcs, en la legislatura de 2007- 2011, con Robert Benaiges al frente. En el mandato anterior, con Mercè Dalmau como alcaldesa, se llevó a cabo la construcción de una rotonda a la altura de la avenida Vidal i Barraquer y del cruce de la avenida Baix Camp con la calle de Pere III, que facilita la conexión entre los barrios de la Pallissa y del Eixample. 

En 2015 se presentó la última parte (la demolición del puente), que tardó en arrancar pero que ahora, con el gobierno de Camí Mendoza, está en plena ejecución. El puente y la vía son las dos grandes barreras de Cambrils. «El puente era un muro brutal. Ahora, gente que tiene allí oficinas dice que ahora ya ve el sol. Se revalorizarán mucho estos barrios», manifiesta la alcaldesa. La mayoría de edificios de construyeron en los años 60-65 del siglo pasado. «Y esto hará que se renueven mucho», insiste.

Un proyecto de tres fases 

La primera fase del proyecto cuenta con un presupuesto de ejecución de 1,1 millones de euros más IVA. La demolición del puente y la urbanización parcial de la Avinguda Baix Camp, que corresponden esta primera fase, asciende a 790.383 euros más IVA. La segunda, que incluye la construcción del nuevo puente –con una subida leve de un 6%– sobre la riera de Alforja, es de 361.472 euros más IVA.

Y la tercera y última fase tiene un coste de 209.135,93 euros y consistirá en la urbanización y ajardinamiento del paseo central de la avenida, que presentará un notable cambio urbanístico que mejorará la circulación de coches y viandantes. Cambrils está sumergido de lleno en este proyecto, que otros municipios de la demarcación ya han llevado a cabo. Y Mont-roig del Camp también se ha puesto manos a la obra en esa dirección. En su caso, la antigua N-340 a su paso por Miami Platja se llama Avinguda Barcelona, y las obras para integrarla en el núcleo urbano y convertirse en una rambla urbana ya están en marcha. Es otro de los grandes proyectos que ahora está en marcha en el marco de la integración de la antigua nacional. Las obras arrancaron a mediados de mayo. 

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