La base de operaciones del Servicio Marítimo se muda de Torredembarra a Tarragona

El puerto torrense cedió unas instalaciones en verano de 1997 y hasta este verano se ha cubierto todo el litoral desde esa sede. La necesidad de más espacio ha motivado el traslado

19 diciembre 2021 09:30 | Actualizado a 24 diciembre 2021 07:46
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El Servicio Marítimo de la Guardia Civil se ha cambiado de ‘casa’. Desde junio de 1997 hasta este mes de diciembre, la base de operaciones de la Benemérita en materia marítima estaba oficialmente en el Port de Torredembarra y abarcaba el litoral de toda la provincia de Tarragona. La sede estaba en unas instalaciones cedidas por el Port de Torredembarra, pero desde agosto, y por una decisión estratégica, la nueva base del Servicio Marítimo de la Guardia Civil ya está operando desde el Port de Tarragona.

El Servicio Marítimo nació en la provincia un 12 de junio de 1997. El Consejo de Administración del Port de Torredembarra aprobó la cesión de instalaciones y hasta allí amarraron las tres embarcaciones que tiene destinadas la Benemérita en la provincia, siendo la Río Francolí la de referencia.

La plantilla de agentes y mandos fue creciendo hasta alcanzar las 35 personas actuales, algunas de las cuales han echado raíces en la misma ciudad y otras han fijado su residencia en diferentes ciudades de la provincia.

Uno de los integrantes de esta «gran familia» explica al Diari que «por un lado ganamos más espacio para la base y mayor centralidad para abarcar todo el litoral de la provincia, pero por otra parte echaremos de menos la proximidad con la gente de Torredembarra, que siempre nos han tratado muy bien y nos han respetado».

Hace unos días se celebró el acto de clausura oficial del servicio, aunque desde el 1 de agosto de este mismo año las tres embarcaciones ya están amarradas en Tarragona.

En el discurso que ofició el teniente coronel Jordi Verger, actual responsable de la Comandancia de la Benemérita en Tarragona, destacó que el traslado venía motivado por las crecinentes necesidades de espacio y servicios así como una mejor ubicación geográfica respecto a la provincia.

En esta primera etapa que se cierra en Torredembarra, los datos reflejan la actividad realizada en 24 años: se han llevado más de 6.000 inspecciones a embarcaciones por temática de pesca, se han puesto 2.800 denuncias y se ha incautado 30 toneladas de hachís, la mayoría en operaciones en el Delta de l’Ebre. Precisamente, esta lucha contra el narcotráfico se ha conocido el último episodio en la playa de La Pixerota de Mont-roig.

De las tres embarcaciones del Servicio Marítimo, la Río Francolí es la ‘reina’ y está preparada para largas travesías, dotada de alta tecnología y una tripulación de 7 personas, 3 de ellas con el título de patrón.

La Río Martín es la más rápida (alcanzaría más de 100 km/h, unos 55 nudos) para perseguir  lanchas del narcotráfico sin perder su estela. La otra, sin nombre, es una embarcación pequeña para poder actuar en inspecciones de proximidad o rescates. 

El acto de clausura lo presidió el coronel jefe del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, Miguel Salom, junto al alcalde Eduard Rovira, el subdelegado del Gobierno, Joan Sabaté y el presidente del Consejo de Administración del Port de Torredembarra, Luis de Patricio, además de otras autoridades. Y se firmó oficialmente el fin de la concesión.

El alcalde de Torredembarra, Eduard Rovira, dice que el Servicio Marítimo de la Guardia Civil ha llevado a cabo su labor y que el traslado a Tarragona se debe por razones geostratégicas. No entró a valorar sus años en la ciudad, pero reconoció su trabajo.

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