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Natàlia Sanz, hasta hoy concejal de Comerç, Turisme i Emprenedoria y representante del partido municipal Ara Altafulla (ARA) ha comunicado en las últimas horas su decisión de dejar las carteras y pasar a la oposición. Sanz era la única representante del gobierno (desde agosto) que no pertenecía a las siglas del partido más votado en las elecciones: EINA-ERC.
Con el adión de Sanza, el gobierno local de Altafulla está formado por 5 ediles todos de EINA-ERC encabezados por los coalcaldes Jordi Molinera y Alba Muntadas. En la oposición, ocho ediles representan al PSC (1 edil), ARA (1), Junts per Altafulla (1) Alternativa Altafulla (4) y un concejal no adscrito, Xavier Rofas.
La situación de inferioridad que se plasmó en agosto con la marcha de la concejal del PSC, Imma Morales (21 de agosto), se ha visto ampliada ahora con otro adión, el de Natàlia Sanz. La proporción de 5 a 8 da pie a una posible moción de censura, que de momento nadie abre la puerta a este paso.
La concejal de Comerç, Turisme i Emprenedoria ha explicado en diferentes medios que las razones de su marcha este jueves se basan en la falta de acuerdos con su socio de gobierno y en las dificultades de alcanzar acuerdos, sobre todo desde el adiós de la edil socialista del gobierno. "No hay un punto de encuentro", "son diferentes visiones del municipio" ... son argumentos explicados hoy por la edil de ARA, que también ha admitido que la estabilidad en la gestión municipal ha retrasado un paso que al parecer ya llevaba tiempo meditando.
La concejal ha mantenido una reunión esta misma mañana de jueves con los coalcaldes, donde ha tomado la decisión de abandonar el gobierno.
Valoración del gobierno local
El partido que ahora copa toda la responsabilidad municipal, EINA-ERC, han convocado esta tarde una rueda de prensa para exponer su punto de vista a una nueva "baja" en el equipo de gobierno altefullense. los coalcaldes Jordi Molinera y Alba Muntadas lamentan la marcha de Sanz y afirman que no entienden sus argumentos porque sus áreas y las que ofrecían ahora de la edil socialista, tenían su peso en el consistorio y estaban proporcionadas al peso político que tiene el grupo en el gobierno local.
Jordi Molinera apunta a algún “tacticismo político” pensando en los comicios de 2023 como motivo de esta marcha y asegura que los ediles del gobierno continuarán trabajando por el bien de la localidad aunque sean pocos.
