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El jueves pasado, a las 23.30 horas, en un quirófano del hospital de Santa Tecla, en Tarragona, Manolo fallecía. Este hombre de poco más de 60 años padecía una enfermedad grave desde hacía tiempo y fue la razón de su deceso. sin embargo, el fallecimiento de este jubilado residente en Creixell desde hacía poco quedó envuelto en un halo de incertidumbre a raíz de su testimonio en una agria pelea de pareja horas antes de morir.
Manolo estaba aquella tarde de jueves en el negocio que regenta su hermana Antonia y su marido, el bar Milenium, ubicado en el número 4 de la avenida Navarra. En la calle poco antes de las 17.30 horas se oían gritos e insultos. Una pareja de vecinos de mediana edad (ella natural de Creixell) se discutían por la titularidad de un móvil.
Quién conoce a la pareja es sabedor de que sus peleas son frecuentes y los avisos a la Policía Local por el intercambio de improperios son incontables desde hace tiempo. Sin embargo nunca ha habido una denuncia de violencia machista y nada se puede hacer sin evidencias que puedan activar una intervención policial.
Este jueves día 27 fue la enésima discusión entre ambos. En esta ocasión por la pertenencia de un móvil. el griterío y los insultos se empezaron a oír en la calle Navarra. Él tenía síntomas de embriaguez y precisamente este es el único hecho que quedó registrado en el parte policial, en una tarde en la que el hombre podía haber terminado acusado de homicidio imprudente y autor de un delito de violencia de género.
La discusión en la calle terminó dentro del bar de Antonia, la hermana del difunto. La víctima se escudó con las mesas y sillas del local y él, como un elefante dentro de una cacharrería, empezó a apartar todo aquello que le molestaba a su paso.
Manolo, en una esquina fue testigo de la entrada de la mujer asustada y de su pareja, poco después. En el torbellino de ira que acompañaba al hombre, una silla impactó con Manolo, que terminó en el suelo. La autopsia descartaría al día siguiente que su desmayo en el suelo del bar de su hermana tenía relación con la silla que le golpeó.
La Policía Local de Creixell fue la primera en llegar y aunque tenía muchos frentes abiertos, uno de ellos en otro punto de la localidad, priorizó la atención al jubilado que yacía inconsciente en el suelo. Todo el mundo dio por hecho de que había perdido el conocimiento por el golpe con el taburete (o la silla), aunque luego la autopsia descartaría esta causa y su efecto letal.
La incidencia terminó con la ambulancia llevándose a Manolo, la mujer que se escondía a su casa y el hombre todavía de bar en bar aumentando su consumo de alcohol que ya había superado con creces los límites para conducir. Sin embargo, al no estar al volante (a pesar de tener el coche cerca) no se le pudo imputar un delito contra la seguridad vial.
La Policía Local habló con la mujer presuntamente maltratada y como había hecho en todas las ocasiones anteriores, declinó denunciar a su pareja. Los testigos nada pudieron aportar que pudiera terminar en una detención. Así que Manolo terminó en el hospital, su hermana con el bar patas arriba y la pareja detonante de la discusión marcándose por caminos separados.
Mossos fue informado de la muerte del hombre jubilado a las 23.30 horas aproximadamente y fue cuando se activó la investigación por si las causas de la muerte tenían que ver con la pelea.
La rumorología empezó a desvirtuar los hechos que estaban investigándose hasta el punto de que alguien difundió que la víctima murió de un golpe de taburete al intermediar en la pelea de la pareja. La autopsia desveló que fue la enfermedad que padecía Manolo la que terminó matando a este hombre de poco más de 60 años de edad en el bar de su hermana en Creixell.
