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Para estar donde han llegado hacen falta años de esfuerzo, pasión por la música, dedicación y más esfuerzo. Son los seis finalistas que optaban a la Beca Internacional para Jóvenes Violoncelistas que concede la Fundació Pau Casals y que se falló ayer.
El objetivo es ayudar a jóvenes estudiantes de violoncelo que han demostrado un virtuosismo con el instrumento. Para optar a la beca se presentaron cuarenta candidatos que tuvieron que presentar un curriculum formativo, un vídeo con una interpretación y una recomendación.
El jurado escogió a los seis finalistas. Son Amarilis Dueñas (Valladolid), Lluc Pascual (Térmens), Carla Conangla (Sant Cugat del Vallès), Isabel García (Toledo), Weng-Teng Chang (Taiwan) y Johanes Gray (Chicago).
Todos llegaron a El Vendrell el domingo y fueron recibidos por la viuda de Pau Casals, Marta Montáñez. Los estudiantes visitaron el museo dedicado el músico en El Vendrell y que tanto admiran. Una forma magistral de inspirarse en el espíritu Casals.
30 minutos
Durante la mañana de ayer interpretaron durante 30 minutos cada uno, y en el escenario de la Escola Municipal de Música Pau Casals, las piezas. Para violoncelo sólo y acompañados con piano. También ante el centenar de personas que seguía las interpretaciones ya que eran abiertas al público.
Ante un jurado formado por la propia Marta Casals y violoncelistas de reconocimiento internacional como Marc Coppey, Alban Gerhardt, Frans Helmensos y Arnau Tomàs (que ganó la beca en 1991). Un jurado exigente del nivel que se espera de los jóvenes músicos.
Finalmente son Carla Conangla y Johannes Gray los que han logrado la 34 edición del Galardón Internacional Pau Casals. La calidad de los músicos ha hecho que el jurado decida fusionar la dotaciones de 18.000 y 6.000 euros y ha concedido una beca de 12.000 euros a cada uno de los ganadores. Es la primera vez en la historia del certamen que se entrega el máximo reconocimiento a dos finalistas.
El reconocimiento es para que los jóvenes violoncelistas puedan completar su formación, además de ya poder contar en su curriculum con haber sido galardonados con el más prestigioso premio a nivel internacional en su categoría.
El jurado también ha concedido dos menciones de honor a Amarilis Dueñas y a Lluc Pascual, que son los dos violoncelistas más jóvenes que han participado esta edición.
Carla Conangla, una de las ganadoras destaca «la oportunidad y responsabilidad» que supone la beca. De 21 años, toca el violoncelo desde que tenía 7 años. La música la ha rodeado desde muy niña. Su abuelo toca el violín, el padre el piano. La madre hizo canto y una hermana también violín.
Conangla estudia en Maastrich con el profesor Gustav Rivinius. «Me da la oportunidad de seguir una formación con los mejores profesionales». Y en un país donde la música está muy valorada. «Pero también debo responder con la dedicación y el esfuerzo».
El otro ganador del Galardón Pau Casals es Johannes Gray, que destaca el honor de recibir un reconocimiento impulsado por la Fundació Pau Casals. Actualmente sigue su formación en el conservatorio de París.
Formación
Marta y Pau Casals crearon la Fundació en 1972 y ésta a su vez instauró la beca en 1984. Recuerda cómo en 1893 el propio Pau Casals recibió una beca de la reina regente Maria Cristina, que fue decisiva para la carrera del violoncelista universal. Le permitió una formación en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid con Jesús Monasterio como profesor de música de cámara.
La Beca Pau Casals comenzó con un ámbito de Catalunya que concedía pequeñas ayudas. En la década de los 90 se abrió a toda España, Andorra y el sur de Francia. Fue cuando tuvo un gran impulso y prestigio que impulsó a jóvenes violoncelistas que han desarrollado carreras artísticas.
En 2016 la beca ya era Internacional Pau Casals y se abrió a toda la Unión Europea y Puerto Rico. En la presente edición, con el nombre de Galardón Internacional Pau Casals para jóvenes violoncelistas, se ha incorporado Uruguay.
