La menor violada fue intimidada con una pistola

Seis de los procesados se sucedieron para violarla, en turnos de quince minutos 

09 julio 2019 08:46 | Actualizado a 09 julio 2019 08:56
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La menor que denunció haber sido violada por turnos por seis jóvenes en un botellón en Manresa ha ratificado ante el tribunal la agresión, de la que solo recuerda algunos flashes, y ha relatado que se sintió asustada e intimidada por el ambiente, al ver a los acusados jugar con una pistola.

La menor, que sufrió una violación múltiple en octubre de 2016, cuando tenía 14 años, declaró ayer ante la sección 22 de la Audiencia de Barcelona, protegida por una mampara para evitar su confrontación visual con los procesados, en una declaración que resultará clave para que la Fiscalía decida si mantiene la acusación de abusos contra ellos o, por el contrario, la eleva a agresión sexual.

Por la violación múltiple, ocurrida en una fábrica abandonada de Manresa adonde la víctima acudió junto a otros amigos a un botellón, la Fiscalía imputa inicialmente abusos sexuales a seis de los procesados, que considera que la atacaron aprovechándose de su estado de embriaguez, sin la violencia e intimidación que define el delito de agresión sexual, y a un séptimo le acusa de masturbarse mientras presenciaba la escena, sin impedirla.

Además de la víctima, en la sesión del juicio de este lunes, que proseguirá el próximo viernes, declararon dos amigos que la acompañaban, también menores, y coincidieron en que los procesados se sucedieron para violarla, en turnos de quince minutos organizados por el principal acusado, Bryan Andrés M., un joven con quien la chica había tenido apenas una semana antes su primera relación sexual, en este caso voluntaria y consentida.

Así lo contó la menor, que explicó que la noche de los hechos, tras tomar varios cubatas y fumar unos porros, accedió a irse a solas con Bryan Andrés M. a la caseta anexa de las instalaciones, donde el acusado intentó un acercamiento sexual que la víctima rechazó, tras lo que ambos regresaron a la nave que acogía el botellón.

«Ahí me empezaron a hacer cubatas y ya no recuerdo nada más», afirmó la chica, que supo que había sido agredida sexualmente porque, según su versión, fue su amiga quien le explicó que vio cómo la estuvieron violando en la caseta del lado, en el suelo, mientras ella «lloraba». 

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