En uno de los apartamentos del edificio Promar, en el 117 de la avenida Pau Casals de La Pineda (Vila-seca) los vecinos empezaron a comentar la presencia de Mossos d'Esquadra, Bombers, SEM, Policía Local y un coche fúnebre.
La vestimenta de protección máxima de los operarios invitaba a pensar de que algo malo había ocurrido en uno de los apartamentos de este edificio.
Poco antes de la una de la tarde, el recepcionista del edificio llamaba a la Policía Local para informar de que hacía días que no sabían nada de uno de los vecinos, un hombre de 60 años.
La Policía Mossos, SEM y Bombers se personaron en el edificio y llamaron a la puerta sin obtener respuesta. Tras abrir la puerta del inmueble, el olor del mismo ya levantó sospechas. Y al entrar en el baño se encontraron con el cadáver del vecino, que podría llevar algunos días fallecido.
La inspección ocular del apartamento descartó que hubiera signos de violencia, pero hasta realizar la autopsia no se sabe cuál fue la causa de la muerte.
Ante la posibilidad de que el vecino fuera portador de Covid-19, se tomaron todas las precauciones posibles con el fin de aislarse de un posible contagio.