La última rúa de los 'manitas'

La Associació Cultural i d'Esbarjo Jaume I cerrará su presencia en el Cós Blanc tras 25 años. El cansancio y la falta de relevo son los motivos del adiós de esta entidad

19 mayo 2017 16:31 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:34
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Emili Arnau pedía ayer que alguien le echara una mano. Tenía problemas para abrir un bote de pintura roja que necesitaba para remarcar las cuatro barras del escudo de la entidad. Arnau es el presidente de la Associació Cultural i d’Esbarjo de Jaume I, «una entidad que nació con el objetivo de defender la cultura y la lengua catalanas sin desmerecer a ninguna otra», explica.

La asociación nació en la década de los 90 del siglo pasado. «Desde que nos constituimos, participamos en el Cós Blanc. La primera carroza, con motivo del Año Chaikovsky, la decoramos en su honor e hicimos una alegoría del Lago de los Cisnes», explica Alberto Nieto, el portavoz. Desde aquel debut, todas las ediciones se han buscado efemérides culturales para crear un nuevo decorado. Dalí o Gaudí han formado parte de sus motivos a lo largo de estas 24 ediciones.

En agosto no fue necesario proponer ideas para 2017. «Teníamos claro que era el último Cós Blanc y había que resaltar a Salou. Planteamos el escudo de la ciudad, pero vimos que el de la entidad era más bonito», reconoce Emili Arnau. Veinte metros cuadrados de porexpán cortado con un cúter se ha convertido en una obra de arte. Ayer, los brochazos del presidente sólo eran para resaltar la primera capa de pintura.

Junto al escudo, el monumento a Jaume I, en el paseo del mismo nombre, y una reproducción de la Torre Vella completarán este homenaje a Salou y al fin de etapa de esta entidad en el Cós Blanc. «Estamos cansados. No hay que mentir. Son muchos años y mucho trabajo en pocas manos», coinciden en señalar Emili y Alberto.

La Associació Cultural i d’Esbarjo Jaume I, que continuará con el objetivo de recuperar algunas de las iniciativas que puso en marcha hace un par de décadas: festivales, conciertos, eventos literarios... y que ha dejado aparcadas, estuvo apunto de dejar el desfile de confeti en 2007, con motivo del 15 aniversario. «Emilio Arnau y Álvaro Ferré ya tenían claro que lo dejaban. Los jóvenes los convencimos para continuar un poco más y sólo hubo una condición: la calidad y la artesanía de decorados y disfraces no se discutía», explica Alberto.

Precisamente esta ha sido la regla de oro de la colla Esbarjo Jaume I. Cada detalle del vestido o del decorado se ha trabajado artesanalmente. «Los trajes están hechos a medida de los participantes y se cosen para que se ajusten a las medidas de cada integrante».

Aunque el trabajo artesanal puede parecer caro, la entidad ha sabido gestionar todos los años el dinero para que sólo cada participante «pague unos 30 euros del traje», explica Alberto. El resto de presupuesto, que este año superará los 3.000 euros, se consigue con la subvención y el dinero que ha ido sobrando de otros años y que sólo se invierte para la carroza y los disfraces del Cós Blanc.


Desde noviembre
Con la idea muy definida de cómo sería la carroza del último desfile, la agrupación empezó a trabajar a finales de noviembre, cuando llegó el encargo de porexpán y madera para esculpir el escudo de la entidad. Desde esos días, «las horas dedicadas son infinitas. El Ayuntamiento cede este local (al lado del cementerio) todo el año y podemos utilizarlo a nuestro antojo para poder trabajar en la carroza», explican.

Ayer, con caras visiblemente cansadas, daban los últimos retoques a una carroza que dirá adiós el sábado. «¿Y luego, qué? Yo haría una fogata como punto final», sugieren. Y aquellas cosas reutilizables: remolque, sonido, luz... «venderlo a otras collas y destinar el capital a la nueva etapa de la Associació», concluyen.

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