Los asesinatos que sacudieron a Calafell aquel junio de 1878

Muchos explican que la protagonista de aquella foto en blanco y negro que colgaba en una de las salas de la histórica masía de Mas Romeu de Calafell era la joven Magdaleneta con 18 años de edad. 

El Mas Romeu fue de las primeras masías de Calafell que rememoran un pasado agrícola. Aún se conserva aquella vieja masía que guarda uno de los crímenes pasionales que sacudió a la sociedad de la época.

Libro de defunciones
Una investigación del catedrático de historia de Universitat de Barcelona Joan Santacana en los libros de defunciones del rector, confirma el asesinato de Hipòlit y de su esposa Francesca.

Hipòlit, de 21 años y Francesca, de 25, habían llegado de la Selva del Camp para ser los masoveros del Mas Romeu. Se habían casado hacía tres años y tenían una hija a la que llamaron Magdaleneta.

Memoria oral
Santacana ha investigado el caso tras localizar el libro de defunciones del rector donde se narra que ambos murieron de una muerte violenta. El catedrático, vecino de Calafell, había escuchado la historia de forma oral a principios de los años 60. La contaban los abuelos «y quise saber si era cierta. La apertura de los registros parroquiales permitió confirmar uno hecho que quedó grabado en la memoria colectiva.

Santacana explica que durante décadas escuchó que la joven de la foto en blanco y negro era la Magdaleneta. Un punto que sin embargo no ha podido confirmar, pero que tiene visos de certeza.

Al volver del campo
Los hechos se remontan al mediodía del 11 de junio de 1878. Hipòlit regresaba a casa desde del campo donde preparaba la siega. En el camino se le abalanzó un hombre con un trabuco en las manos. Era el arma de los bandoleros, pero no era un asaltante de caminos. 

Era un antiguo novio de Francesa a quien la mujer dejó años atrás, cuando ambos vivían en La Selva, para irse con Hipòlit. La mujer e Hipòlit se trasladaron a Calafell.

Hacia la casa
Al ver al despechado, el masover corrió hacía la masía, pero un disparo en la espalda lo dejó en el suelo en un charco de sangre.  El asesino siguió hacia la casa donde estaban Francesca y Magdaleneta. 

La mujer intentó refugiarse en la bodega con la niña, pero el asesino la cogió del cabello junto en la entrada de la masía. Con una daga la acuchilló trece veces. Magdaleneta, de 3 años quedó escondida tras una puerta.

Los lloros alertaron a un joven conocido como de cal Ballafí que pasaba por un camino. Al acercarse a la casa descubrió los cadáveres. Corriendo fue al pueblo para avisar a Pepet de l’Agneta, dueño del Mas Romeu.  Un grupo de vecinos acudió a la masía y llevaron a los cuerpos al cementerio del castillo. La pequeña quedó con los dueños de la masía.

El catedrático de historia, Joan Santacana, explica que esos asesinatos pasionales eran muy habituales en la época. La mayoría han quedado en la memoria popular ya que la ausencia de prensa local no ha permitido recogerlos. Los diarios de la época sólo los atendían si las víctimas eran personas destacadas.