Los comerciantes de la calle Carles Buïgas de Salou aplauden la peatonalización

Las obras comprendidas en el tramo entre las calles Saragossa y Murillo, con un presupuesto de 64.000 euros, estarán listas en 15 días. La Policía Local controla la movilidad de la zona para regular el tráfico rodado.

29 mayo 2017 18:32 | Actualizado a 27 noviembre 2017 13:48
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Una hilera de bidones amarillos con un poste de madera se ven ya desde la Font Lluminosa, a pocos metros del inicio de la calle Carles Buïgas, una de las arterias del comercio y del ocio de Salou.

La peatonalización del tramo entre los viales Saragossa y Murillo es ya una realidad, aunque todavía faltan un par de semanas para dejarlo todo terminado: luces, zonas con mesas y una última capa de pintura amarilla por todos lados. «La iniciativa está cumpliendo los plazos y en dos semanas estará terminado», explica el concejal de Territori, Marc Montagut.

Los comentarios en las redes sociales de estas últimas se han posicionado según la tipología de afectación que implica esta peatonalización iniciada el pasado día 15.

Los vecinos con plaza de aparcamiento están molestos por las dificultades actuales para entrar o salir de sus parkings, los visitantes y peatones aplauden este espacio amplio para moverse sin riesgo de atropello; y los comerciantes admiten que la idea tiene buena pinta, aunque falta por ver si la presencia de gente en la calle se convierte en un aumento de ventas, ahora que estamos a las puertas de la temporada alta. «Más gente en la call sí que se ve, pero de momento mucho mirar y pocas compras», explica una de las dependientas de una tienda de cosméticos.

«Es una idea que puede funcionar. Personalmente no me gusta que el Ayuntamiento se haya gastado el dinero en bidones y topos amarillos, pero peatonalizar debe atraer a más gente», cuenta el gerente de un restaurante invitando desde la calle a los peatones a entrar a desayunar. «Vamos a dar un boto de confianza. Hay más gente que puede mirar y pasear sin prisas y con espacio. A ver si esto se traduce en más ventas en verano», suspira una empleada de una tienda de regalos.

Prueba de fuego
El fin de semana ha sido una prueba de fuego en todos los sentidos. La gente paseó por la zona peatonal y la posibilidad de utilizar gran parte de la calzada permitió ver a mucha más gente de la habitual. Incluso hubo niños utilizando la zona peatonal para jugar a sus anchas mientras los padres miraban en los escaparates.

En contraste, según ha denunciado Ciutadans, las calles colindantes que absorben el tráfico rodado fueron en algunos momentos un auténtico caos circulatorio que además han convertido sus plazas de aparcamiento en zona azul levantando polvareda entre vecindario y algunos de los visitantes.

Ajenos a todo ello está la empresa Garcia Riera, encargada del proyecto. Tras pintar la calzada y la acera, aún tiene decenas de bidones por colocar. Ayer los operarios insertaban un poste de madera a la espera de poner el bidón en la calle. Este martes se colocarán en su sitio y después se rellenarán de cemento. Cada unidad pesa más de 450 kilos

A pesar de su peso alguien tumbo uno el domingo y este lunes los trabajadores lo recolocaron.

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