El Ayuntamiento de Calafell iniciará una nueva fase en el corte de agua de viviendas okupadas y ahora se centrará en edificios plurifamiliares que están totalmente okupados. El alcalde Ramon Ferré ha explicado que principalmente se actuará en el núcleo del pueblo, donde hay detectados tres bloques con okupas en prácticamente todas las viviendas.
Hace unas semanas el Ayuntamiento y la empresa de aguas Sorea inció el sellado de los empalmes ilegales en casas unifamiliares ya que ese corte del suministro es más fácil que hacerlo en un edificio.
En declaraciones a Calafell Ràdio, el alcalde explica que ya se han hecho 16 cortes de agua. Entre ellos sólo había un edificio en la calle Po de Segur de Calafell. En este caso el bloque llegó a estar totalmente okupado, pero lo adquirió un fondo de inversión y los okupas se fueron yendo. En el momento del corte sólo quedaban dos viviendas con okupas que también salieron sin resistencia.
Ferré explica que se ha detectado que algunos de los okupas que han salido de las casas donde se ha cortado el agua han ido a los edificios, por lo que ahora la acción municipal se centrará en estos. Esa acción es sin embargo más complicada ya que no puede cortarse el suministro a todo el inmueble. El Ayuntamiento dijo que no se cortaría a las familias que están dentro del circuito de los servicios sociales del consistorio.
Así, deberá entrarse en la finca y tras detectar las viviendas okupadas sellar el suministro en cada una de ellas. Ramon Ferré explica que esa intervención es la que comenzará en las próximas semanas en el núcleo del pueblo, donde los vecinos llevan meses denunciando algunas situaciones conflictivas.
Además de los cortes de agua el Ayuntamiento también estudia pedir a las compañías de luz y de gas que corten el suministro que pueda estar empalmado de manera ilegal.
El Ayuntamiento inició los cortes de agua siguiendo un listado elaborado por los técnicos municipales y la Policía Local para detectar las okupaciones confictivas o que se ha comprobado que son en viviendas, algunas con piscina, que sólo se usan en fines de semana o periodos vacacionales, pero que quienes acuden tienen una residencia en otro municipio.
Los vecinos también piden al Ayuntamiento que compruebe por qué algunas de las viviendas okupadas tienen alarma.
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