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Alex Castillo ha buceado en los fondos marinos del Baix Penedès. «Hay una gran riqueza de interés histórico desconocida por muchos». Vestigios íberos y romanos que el oleaje ha arrastrado a la orilla durante años. Esqueletos de antiguos barcos de pesca y, quizá, de la Guerra Civil.
Castillo, con su socio Clemente, ha abierto en el puerto de Segur la escuela de buceo Escafandra Calafell. Ahora pretende realizar un mapa de esos vestigios que permanecen en el fondo marino. «Para tener una ubicación que permita realizar estudios e incluso grabarlos».
Información
Pide información a pescadores, historiadores y vecinos para completar esos puntos de interés bajo el mar que ya conoce. Como el que tiene ubicado Gregorio Aranda, vecino de Cala Berenguer en el Francàs de El Vendrell.
Allí el mar ha sacado durante décadas restos de ánforas, vajillas, tejas... Restos íberos, romanos, fenicios... En la zona había un punto de carga de barcos que transportaban material en época de la civilización romana. La Via Augusta estaba cerca y las naves buscaban zonas costeras para comerciar hacia Andalucía y el norte de Catalunya.
Un sondeo
En la década de los 90 se hizo un sondeo de toda la costa catalana y determinó la potencialidad del Francàs. Señaló a un barco hundido de donde podía salir todo aquel material que durante años recogió Aranda, que trabajó en el Museu d’Història de Barcelona.
Entre ese material destaca desde un pendiente romano a piezas del siglo III antes de Cristo y corresponderían a cerámica fenicia. Las más modernas son del siglo I después de Cristo.
El instructor de buceo Alex Castillo dice que en sus inmersiones ha confirmado lo que narran los pescadores. «Un fondo marino rico, además del valor histórico, supone un atractivo turístico y de valorar lo que se tiene para respetarlo».
Como la posible permanencia del Betis frente a la zona de Mas Mel de Calafell. Pescadores y navegantes coinciden en que bajo la arena, cuando el mar está tranquilo, pueden verse las costillas de un gran barco.
Dudas
Algunos consideran que es el Betis, pero otros niegan esa posibilidad. Joan Solé preside la cofradía de pescadores de Calafell. Recuerda que de niño escuchó la historia del Betis. Pero nunca ha visto esa estructura.
Era un carguero de 1.011 toneladas que zarpó de Torrevieja el 8 de julio de 1938. Llevaba 900 toneladas de sal hacia Barcelona y una tripulación de 23 marineros. Durante la Guerra el tráfico marítimo fue objetivo de la aviación italiana y alemana aliadas de Franco. El Betis fue una de sus víctimas frente a Segur.
Embarrancado
Un hidroavión de la Legión Cóndor alcanzó al barco un 10 de julio de 1938. El avión lanzó veinte bombas de cincuenta kilos y dos impactaron en el Betis. El barco quedó embarrancado a 200 metros de la playa y 8 metros de profundidad. Los hidroaviones aún sobrevolaron la nave ametrallándola. Algunos estudiosos señalan que fue el capitán del barco quien se acercó a la costa para embarrancarlo y proteger a la tripulación.
El historiador Adrián Cabezas, autor de La defensa de la costa a la provincia de la costa durante la Guerra Civil (1936-1939), considera que es posible que el Betis allí siga. Dice que el día del ataque dos guardacostas y un remolcador acudieron en su ayuda, pero no pudieron hacer nada y regresaron a Barcelona.
De madera
Joan Solé recuerda que su tío Ernest explicaba que siendo un niño, los chavales iban a coger los mejillones que se adherían a las chimeneas de un barco hundido. Explicaba que tras la Guerra el Betis fue remolcado. Quienes niegan que pueda tratarse del Betis señalan que ese carguero era de hierro mientras que las costillas que pueden verse en días de bonanza son de madera.
El instructor de buceo señala que un estudio con imágenes puede detallar hipótesis. Y recuperar también la memoria como la del barco de pesca hundido frente a la playa de Calafell a la altura de la calle Mallorca. El que fue gerente de la cofradía de pescadores recuerda, de hecho, que allí sigue.
Puerto del Penedès
También en el límite de Cubelles y Cunit hay una zona caliente. La cooperativa Arqueovitis, con el arqueólogo de El Vendrell Dani López, encontró restos de un asentamiento íbero en el que aparecieron cerámicas íbera, griega y cartaginesa. Podría tratarse de uno de los principales puertos de la época, por lo que no es descartable restos en la costa.
La zona está junto a la desembocadura del río Foix, lo que permitiría el traslado de las mercancías hacía el interior y también la llegada de productos para embarcar.
Documental
El director de cine de Calafell Laureano Clavero, que ultima un documental sobre las defensas costeras del Penedès durante la Guerra Civil, considera que debe haber muchos restos todavía bajo el mar. Y que entre ellos podría haber incluso algún avión.
Además de puntos de interés histórico, Castillo también señala que los fondos marinos del Baix Penedès tienen una gran riqueza de fauna y flora. «Mucho más allá de la reserva de pesca de Masia Blanca», en aguas de Coma-ruga, donde hay un roquizal que sirve de refugio y cría a decenas de especies, que van desde langostas a meros.
No es un simple arenal
«Pero el resto de la costa no es un simple arenal». Precisamente por predominar ese sedimento, cualquier estructura que se sumerge en poco tiempo agrupa a una gran riqueza de fauna y flora marina.
«Pasó con los biotopos que hace años se hundieron junto al puerto de Segur de Calafell y que hoy tienen un gran potencial». En todo caso destaca que «muchos se sorprenderían de lo que atesoran los fondos marinos de la comarca».
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