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La Plataforma d’Afectats de la Cooperativa Agrícola de Cambrils ha intensificado las conversaciones con los socios productores para tratar de ir todos a una. Su intención es buscar los apoyos necesarios y forzar la caída del Consell Rector de la entidad. Y es que el sentimiento general es de desconfianza. Los afectados no creen que el equipo que integra la junta deba seguir al frente de ella después de todo lo que ha ocurrido. Pero los impositores no tienen voz ni voto, sino que es una cuestión que sólo podrían propiciar los socios productores si consiguen las adhesiones necesarias.
El lunes hubo una reunión precisamente para aclarar estos temas y acercar posiciones hacia esta dirección. Hubo unos 50 asistentes. «No creemos que quienes han hundido la Cooperativa sean las personas adecuadas para remontarla», afirman desde la plataforma, insistiendo en que «la gente está muy quemada». Si no consiguen la renovación, pedirán que se convoquen elecciones lo antes posible –a priori, según el calendario, estarían previstas para octubre–. Lo que sí que tienen claro es que quieren relevos. Gente nueva con ideas que puedan ayudar a mantener la actividad de la entidad y conseguir que salga adelante.
«Ahora la gente está muy quemada, porque sigue aguantando y esperando cobrar el 40% inicial que fija el plan de refinanciación. El tiempo pasa y el dinero no llega. No vemos que las cosas estén demasiado claras», apuntan desde el colectivo de afectados.
Los socios que quieran sumarse a esta medida de presión colectiva deben ponerse en contacto con la Plataforma d’Afectats, donde recogerán sus datos para poder tener contacto directo. Tras la reunión del lunes, con medio centenar de productores, su intención ahora es seguir ampliando la relación de socios en las próximas semanas para tratar de materializar su iniciativa.
Los colectivos más críticos lamentan la «pasividad» de la Generalitat en torno a la gestión de los últimos años. Pero creen que debería cambiarse el rumbo. «No pueden dejar caer la Cooperativa de Cambrils, que era de las más importantes de Catalunya. De momento la actividad es poca y los miembros de la junta cobran cada vez más», lamenta una afectada.
