«Los socorristas de Altafulla no pueden ayudarme a entrar en el agua por culpa de la Covid-19»

Javier Engel, con discapacidad,  denuncia la falta de asistencia del personal de la concesionaria de salvamento para poder bañarse en la playa cuando no tiene a mano ayuda de familia y amigos

08 julio 2021 14:01 | Actualizado a 09 julio 2021 11:26
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«Soy hemipléjico, pero puedo nadar siempre y cuando me ayuden a entrar y salir del agua», explica Javier Engel Cellier, veraneante de Altafulla y vecino de Barcelona. Javier, de 59 años, sufrió hace dos décadas tres accidentes cerebrovasculares que le tuvieron un mes en coma y otros 11 ingresado. 

Desde entonces, carece de movilidad en la parte derecha de su cuerpo, pero con esfuerzo aprendió, en las condiciones posibles, a hablar y andar, aunque la mayoría del tiempo se desplaza en silla de ruedas debido a las dificultades que conlleva. También aprendió a nadar, una actividad que desde el año pasado no puede hacer entre semana en la playa de Altafulla.

Los sábados y domingos tiene más facilidades para refrescarse, pues sus amigos y familia, hermanos o sobrinos, le pueden acompañar hasta la playa y asistirle durante el baño. 

No obstante, de lunes a viernes, la falta de ayuda de un tercero le impide darse un chapuzón. Antes de la pandemia, el equipo de salvamento y socorrismo de la playa altafullense le asistía para entrar y salir del agua, pero desde el verano pasado este servicio se ha desvanecido: «Los socorristas me dicen que por la Covid-19 no pueden tocar a nadie», explica el afectado.

Un caso sin respuesta todavía

Javier, que vive con su madre de 88 años, ha acudido al Ayuntamiento, tanto el verano pasado como hace unos días, para entender la postura que se aplica en la playa y buscar una solución para su caso. «En 2020 me dijeron que lo hablarían y me darían permiso. Un año después todavía estoy esperando una respuesta. El pasado lunes hablé con una concejala y me dijo que le pasaría la información al encargado. Quiero que me digan si lo tengo prohibido».

El consistorio y la empresa de salvamento y socorrismo, Grupo Provita, se amparan en el protocolo de la Generalitat sobre las restricciones de la pandemia. «Nos adherimos a lo que dice el Govern y después hablamos con el Ayuntamiento y decidimos conjuntamente si hacemos una cosa u otra. En este caso decidimos continuar como el año pasado. […] Los usuarios tienen que venir acompañados para entrar en el agua, ya sea con dicho acompañante o con la silla anfibia», argumenta la empresa concesionaria del servicio. El ayuntamiento afirma que ya han informado sobre el protocolo de actuación en estos casos, que, según asegura Altafulla, es el mismo también para playas de Catalunya.

Javier vEngel, que pasó la Covid-19 hace pocos meses, espera una llamada para recibir la vacuna y estar más protegido contra el virus. Aunque así sea, no se alterarán los protocolos para acompañarle desde el paseo hasta la orilla del mar. Desde Grupo Provita explican que con la vacunación más extendida, es posible que en 2022 esta restricción desaparezca en Altafulla y otras playas.

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