Los vecinos de la Llosa piden que se retomen las obras de mejora

Las obras se detuvieron al acabar la fase 1, en 2010, y tuvieron un coste total de casi 3 millones de euros. Desde entonces están pendientes la fase 2 y 3

23 agosto 2017 08:17 | Actualizado a 08 septiembre 2017 19:15
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Que se retomen las obras, pero con una serie de condicionantes. Esta es la decisión que tomaron los vecinos y vecinas del barrio de la Llosa el pasado fin de semana, en una reunión conjunta entre las dos asociaciones de vecinos y donde también hizo acto de presencia el Ayuntamiento, concretamente, el regidor de barrio Alejandro Garcia.

El único ‘pero’ de los vecinos es que el coste de la segunda y tercera fase de las obras no sea superior al precio de la primera, que se llevó a cabo entre el 2009 y el 2010. Así, mientras las obras no superen los 2.931.000 euros los vecinos están dispuestos a asumir la parte del coste que les corresponde. Ahora, redactarán un escrito oficial al consistorio para dejar constancia de su decisión, que esperan que se pueda llevar a cabo. Y es que los vecinos coinciden en que algunas zonas del barrio están excesivamente deterioradas, y que ni siquiera se ha llevado a cabo un mantenimiento de las calles satisfactorio. Por ejemplo, la calle de las Orquídeas de Cambrils, donde aseguran que hay tramos que los palos de las farolas u otros elementos impiden que se  pueda pasar con un carrete de la compra o un cochecito infantil.

Los antecedentes

No ha sido fácil llegar a esta conclusión, puesto que en el barrio de la Llosa existen dos asociaciones de vecinos: La Asociación de Vecinos del Barrio de la Llosa y la de Platja  de la Llosa. La segunda creada a partir de discrpancias con este mismo Plan Urbanístico. En 2009 se iniciaron las obras en primera fase, con una subvención del Fondo Financiero del Estado por la Modernización de las Infraestructuras Turísticas (Fomit). Se presupuestó por un total de 4.217.000 euros que, entre la subvención mencionada y el Ayuntamiento asumiendo un porcentaje del coste total, resultó por un precio que los vecinos consideraron razonable. Cuando las obras quedaron paralizadas nació la segunda asociación, con la voluntad de hacer un mayor control financiero, puesto que, aseguraban,  el exalcalde Robert Benaiges había destinado el dinero  a otros proyectos de la ciudad, como el auditorio o la Torre del Limón. 

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