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El Festival Internacional de Curtmetratges de Vila-seca (FICVI) ha cerrado el periodo de inscripción de su tercera edición con 1.104 producciones. El año pasado se presentaron 978.
Las obras proceden de 45 países, especialmente de Europa pero también de Argentina, Brasil, México, Colombia, Canadá, Estados Unidos, Afganistán, Corea del Sur, Japón, Nueva Zelanda, Taiwán, Australia, Argelia o Marruecos.
«El hecho de aumentar cada año el número de obras recibidas es un indicativo de que cada vez más cineastas conocen nuestro festival y, por consiguiente, podríamos decir que este crecimiento nos va consolidando poco a poco», señala Josep Varo, director del FICVI, que tendrá lugar entre el 20 y el 28 de octubre en el Auditori Josep Carreras.
Como en las dos ediciones anteriores, Varo destaca «la calidad de estas pequeñas obras», así como la «diversidad» de temáticas y países de origen.
Los organizadores del festival aseguran que, una vez finalizado el plazo de presentación de cortometrajes, están trabajando en el proceso de selección de los finalistas, que anunciarán «próximamente». El certamen concede premios en diversas categorías: mejores cortos de ficción nacional o internacional o mejor propuesta de animación.
