Mossos investiga si el caso del menor encadenado fue sólo una travesura

La Policía Autonómica descarta por el momento el secuestro y pone en duda que fuera algo más allá de una gamberrada infantil

19 mayo 2017 23:44 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:27
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La investigación sobre la desaparición por unas horas de un menor de diez años de Salou y su localización posterior encadenado a un palo cerca de la calle València sigue todavía generando muchos interrogantes. De hecho, la propia noticia publicada en el Diari provocó mucho nerviosismo en la ciudad, que todavía tiene en mente el secuestro de la pequeña Tamara Navas y su desenlace fatídico.

Por ello, ayer los Mossos d’Esquadra se apresuraron a apaciguar los ánimos sociales explicando algunos detalles de la investigación, que todavía sigue abierta. La Policía Autonómica interrogó el mismo martes a las dos jóvenes que paseando con el perro se encontraron al chaval, dormido (o inconsciente), sentado con su monopatín y atado con el propio candado del vehículo. Luego, habló con el menor, que aseguró que no se acordaba de nada y con los padres para evaluar la situación familiar.

Las primeras hipótesis eran muy diversas, puesto que el menor –abrumado en el interrogatorio– parecía que estaba con la mente en blanco desde la salida de la escuela, pasadas las cinco de la tarde del pasado martes. Por este motivo, se derivó al niño hasta el Hospital Joan XXIII para un reconocimiento más exhaustivo y comprobar si había injerido drogas o bien alguien había abusado de él durante este lapso de tiempo.

A medida que han transcurrido las horas, los agentes han empezado a descartar algunas de las líneas de investigación, según admitieron ayer fuentes de los Mossos d’Esquadra.

Chiquillada

La hipótesis más probable es que el propio menor se atara en el palo y que fuera una chiquillada que se le fue de las manos al quedar atrapado en ese palo sin poder pedir ayuda.

Sin embargo, las dos chicas que se lo encontraron explicaron a Mossos que el niño de diez años estaba atado con su patinete y dormido (o inconsciente) y que la cadena que lo ataba al palo parecía manipulada por una segunda persona.

Por todo ello, la investigación sigue abierta, aunque la familia y el propio niño han vuelto a la normalidad e intentan pasar página. Salou, a su vez, también recupera la calma.

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