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Los vecinos de Calafell se despiertan cada día pensando qué robos habrán sucedido durante la noche.
La pasada noche le ha tocado a una panadería de la calle Mar (en el núcleo del pueblo), a a la gasolinera del paseo de la Unió, y a una heladería de la calle Sant Pere, en la playa.
En la panadería y la gasolinera los ladrones intentaron reventar las cristaleras, pero no lograron acceder a los locales. En la heladería de la playa llegaron a entrar en el local y ahora se comprueba lo que robaron.
Adoquín
En la panadería un hombre con un adoquín de una obra anexa al local apedreó la cristalera. En el horno había trabajadores que oyeron el ruido y al salir a comprobar qué pasaba, el atacante salió corriendo. La cristalera quedó destrozada.
A poca distancia los ladrones también intentaron romper la cristalera de la puerta de la gasolinera del paseo de la Unió con una especie de pico, según se observa en las cámaras de seguridad. El asaltante llevaba la cara cubierta. También intentó forzar una puerta, pero no logró entrar aunque rompió la maneta.
Heladería
Donde los ladrones sí lograron acceder es a una heladería de la calle Sant Pere. El asaltante rompió la cristalera y forzó la cerradura. Al menos una persona accedió al local y quedó registrado en las cámaras de vigilancia. El asaltante llevaba la cara cubierta. Los responsables del establecimiento hacer ahora una revisión para comprobar el botín que pudo lograr el asaltante.
Los tres asaltos en una noche han generado desesperación entre comerciantes y vecinos. En el núcleo del pueblo, residentes del entorno de la panadería atacada explican que "hay miedo. A partir de una hora de la noche no nos atrevemos ni a sacar al perro".
En el núcleo del pueblo, que en los últimos meses ha sufrido una oleada de robos en una clínica veterinaria, una peluquería, el bar de la plaza del pueblo, una panadería y algunos asaltos a viviendas señalan que es una situación que "nunca se había visto".
Patrullas vecinales
La situación genera preocupación. Vecinos y comerciantes piden una reunión de urgencia por el Ayuntamiento y con los cuerpos policiales. Exigen patrullas de vigilancia y medidas de control. En el núcleo del pueblo los comerciantes ya han creado un grupo de Whatsapp para alertarse de movimientos extraños por la zona. Pero ya plantean en el mismo grupo crear patrullas ciudadanas de vigilancia.
El alcalde Ramon Ferré explicó hace unos días tras una serie de robos que se incrementaría la presencia de la Policía Local y que se convocaría la reunión. Para los vecinos es urgente. Señalan que los asaltantes se sienten impunes y sin miedo.
Además de los robos los vecinos denuncian las peleas que se han incrementado en la zona del núcleo del pueblo y que el consistorio señala que son entre okupas conflictivos. Pero a los vecinos les causa miedo.
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