¿Qué sucedió con el fémur de mujer hallado en La Pineda?

El Juzgado de Instrucción número 4 de Tarragona archivo el caso al no encontrar indicios de criminalidad. Se desconoce a quién pertenecía. Sólo se dijo que era de mujer.

24 enero 2018 16:21 | Actualizado a 30 enero 2018 13:08
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El misterio de la llegada masiva de huesos a la Platja de La Pineda (Vila-seca) entre las Navidades de 2016 y mediados de enero de 2017 ha quedado en el olvido. Las dudas sobre su origen, a quién pertenecían y de qué parte del lecho marino procedían han quedado archivadas de forma definitiva por el Juzgado de Instrucción número 4 de Tarragona, juzgado que abrió las diligencias indeterminadas a finales de 2016.

Fuentes judiciales han explicado que el caso se cerró en verano de 2017 justificado por la ausencia de indicios de criminalidad en el hueso humano hallado hasta la fecha.

Además las pruebas científicas realizadas no pudieron dar respuesta al origen de estos fragmento, la mayoría de origen animal aunque uno como mínimo era de origen humano. El fémur de mujer sería de una edad mínima de 30 años y este periodo de tiempo tampoco ayudaba a que la investigación siguiera abierta a día de hoy.

El Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya, cuyo laboratorio está en las dependencias del tanatorio municipal de Tarragona, analizó durante los primeros meses de 2017 más de 60 fragmentos de huesos recogidos en las playas de La Pineda, Tarragona y Salou. Con los estudios preliminares, sólo uno se acreditó que pertenecía a una mujer adulta y que llevaría más de 30 años muerta.

Se trata de un fragmento de fémur que apareció en diciembre en la playa de Vila-seca. Lo encontraron unos vecinos paseando y lo entregaron a la Policía Local, que lo derivó a los Mossos y estos al Institut de Medicina Legal i Ciències Forenses de Catalunya.

De las otras unidades halladas durante el periodo navideño, había algunas que genéticamente presentaban dudas. El resto eran de animales: cordero, vaca, pollo....

A pesar del interés social que suscitó la llegada de huesos a la orilla, con la participación de Mossos peinando la arena de la playa, el expediente judicial impidió dar información del contenido del hallazgo y de las averiguaciones que se realizaban. La falta de información provocó que se dejara de hablar de los huesos. Ahora, un año después, y preguntando por el caso se ha conocido que se dio carpetazo en verano manteniendo la incertidumbre del origen de es fémur femenino. 

El proceso científico

Las decenas de huesos que llegaron escalonadamente al laboratorio fueron inventariados a medida que entraban por la puerta. El primer paso era encontrar similitudes entre los fragmentos por si, en caso de ser humanos, pertenecían a la misma persona.

Tras el inventario, el laboratorio realizó estudios morfológicos para catalogar si los fragmentos eran humanos o no y poder descartar aquellos de procedencia animal. El ADN era la última fase para poder identificar a quién pertenecía el fémur, pero al estar en el lecho marino y la sal del agua fueron factores negativos para su conservación.

Se desconoce si las muestras fueron provechosas, pero está claro que el archivo indica que no había nada con qué compararlo.

La identificación de los huesos puede ser rápida o imposible. Dependía de si el ADN encontraba una coincidencia en la base de datos de personas desaparecidas que gestiona el Ministerio del Interior. Si hubiera habido tal coincidencia, el caso estaría resuelto. Al archivarse en Tarragona, el ADN extraído ha pasado a la base de datos por si en el futuro pudiera identificarse.

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