Ratas y serpientes: el mal estado de las urbanizaciones en El Vendrell

Solares abandonados, plantas en la calle y plagas de ratas y serpientes son algunos de los problemas con los que los vecinos tienen que convivir cada día

31 julio 2019 06:50 | Actualizado a 01 agosto 2019 08:47
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El Vendrell es uno de los municipios catalanes que más creció a mediados del siglo XX, cuando se produjeron las migraciones interiores, desde pueblos mayormente de Andalucía y Extremadura, hacia todo el territorio español, pero sobretodo hacia Catalunya. La pequeña villa de 6000 habitantes en 1960 pasó a tener 36000 en 2010, y actualmente la cifra aún es mayor. Este notório crecimiento se ejemplifica en las numerosas urbanizaciones que componen el municipio, como la Urbanización Oasis, Els Masos de Coma-ruga y El Nou Vendrell.

Precisamente son estas tres las que en los últimos meses han presentado quejas, a través de sus vecinos, sobre el estado en el que se encuentran las calles y vías públicas de sus urbanizaciones: solares abandonados desde hace más de 30 años, plantas y matorrales creciendo en las calles, llegando a alcanzar dimensiones considerables, y plagas de ratas y serpientes, que anidan en los árboles de los solares abandonados, y presentan un peligro para los residentes de la zona.

Vecinos del Nou Vendrell han contado al Diari que, aunque la brigada municipal pasa unas dos veces al año, es insuficiente para el control de las plantas, como se puede ver a simple vista si se pasea uno por la urbanización. Este problema no solo es grave por los problemas prácticos que acarrea, sino por el aspecto estético de las calles de la urbanización, como comentaba Camelia Amado: «Vivimos en el más puro abandono. La urbanización parece un camino rural, no un núcleo urbano».

Desde el Ayuntamiento manifiestan que en consecuencia del acuerdo aprobado en pleno el año 2016 quedó prohibido el uso de herbicidas en la vía pública, y por este motivo resulta difícil llegar a todas las calles, ya que el arranque se realiza manualmente.

Son problemas que ya llevan años arrastrándose, y parece que aún no se ha propuesto, por parte del Ayuntamiento, ninguna solución efectiva para poder lidiar con este dilema.

Como muchas otras iniciativas, de la voluntad popular ha nacido una serie de propuestas para poner fin a todas estas problemáticas. Pepi Mercadé es una representante de la asociación de vecinos dels Masos de Coma-ruga que, tras una reunión con el alcalde de El Vendrell, le trasladó una serie de propuestas que parece que han sido vistas con buenos ojos por parte del edil.

La propuesta más importante de las realizadas es la de permitir, mediante decreto, entrar y limpiar los solares abandonados, los cuales llevan más de 15 años abandonados y no se haya podido localizar al propietario.

En estos solares, según comenta Mercadé, las plantas y árboles han crecido tanto que son un paraje ideal para la proliferación de plagas de ratas y serpientes. Desde la asociación de vecinos manifiestan que aunque se trate de solares privados con, en teoría, un propietario que es el que se tiene que encargar del mantenimiento y saneamiento, la serpientes y las ratas campan por toda la urbanización, así que pasa a ser un problema público.

Los vecinos están dispuestos a organizar partidas de voluntarios para mantener la buena conservación del espacio, una vez el Ayuntamiento haya limpiado el abandono. Las otras propuestas, de un total de ocho, no són más que la exigencia de vivir en una urbanización con garantías, con unos servicios mínimos, como el correcto alumbrado de las calles, ya que actualmente en muchas de estas sólo funciona un lado de la calle, y el otro queda oscuro; o la reposición de contenedores que han sido quemados.

Els Masos de Coma-ruga ha sido la primera urbanización que se ha plantado y toma cartas en el asunto, para lograr una voluntad política que acondicione correctamente la urbanización.

El problema es igual de grave en muchas otras, como cuenta Camelia Amado, de El Nou Vendrell. Viven en un estado de abandono y no debería ser así, puesto que «por el hecho de vivir en una casa y en una urbanización, el IBI que pagamos es muy superior a lo que pagan los vecinos del centro. Por lo contrario, el tratado que recibimos deja mucho que desear, parece que vivimos en la selva».

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