Rescatan imágenes inéditas de la lucha anti térmica de Cubelles

El rechazo a la fábrica se extendió a Cunit, Calafell, Vilanova y muchos municipios de la zona

05 agosto 2020 17:06 | Actualizado a 05 agosto 2020 17:21
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Hace meses que ya no queda nada de la central térmica que condicionó a Cubelles y a Cunit durante más de tres décadas. Su construcción dictada por el régimen de Franco generó un movimiento de rechazo que no logró frenar esa fábrica que tras entrar en funcionamiento siguió generando quejas especialmente en Cunit por las emisiones que desprendía su chimenea.

Los más mayores recuerdan aquellos movimientos de protesta.  Ahora el Ayuntamiento de Cubelles ha recibido una donación anónima de 17 fotografías que muestran aquellas protestas en muchos casos reprimidas por las fuerzas del orden. La donación incluye tres ejemplares de la revista ecologista Userda de entre los años 1978 y 1983 con reportajes sobre la planta, el rechazo vecinal y cómo se impuso la fábrica pese a la resistencia.

La historia comienza en la década de los 60 cuando llegaban los primero turistas a la zona y la agricultura ya estaba relegada. El alcalde, Josep Maria Batet, compró en 1972 unos terrenos asegurando que eran para una inmobiliaria de Mónaco, pero no era esa la intención. En octubre de ese año en una asamblea vecinal se puso de manifiesto el rechazo al proyecto. El alcalde se comprometió a frenarlo, pero en verano de 1973 fue relevado en la alcaldía por Joan Fernández.  

En enero de 1974 se confirmó que la térmica iba a Cubelles, aunque a unos terrenos diferentes. Las manifestaciones de protesta se extendieron por la zona. En Calafell, Cunit, Cubelles, Vilanova... raro el día que los municipios no aparecían cubiertos de octavillas contra una fábrica de la que se temían sus emisiones. La Assemblea de Catalunya también se oponía. Pero poco había a hacer contra una imposición franquista. 

En 1977 se constituyó la Comissió Antitèrmica y hasta el Tribunal Contencioso de Barcelona sentenció que las obras eran ilegales. En julio de ese año comenzaron manifestaciones con cortes de tráfico los fines de semana. Pero los trabajos, con licencia desde 1975, estaban avanzados.

El que la normativa de la época ya impidiese construir ese tipo de plantas a menos de 2 kilómetros de núcleos de población no sirvió de nada.

En las elecciones de 1979 concurrieron la Entesa per Cubelles, contraria a la planta, y grupos favorables a la central. Pero la planta ya era una realidad y durante tres décadas formó parte del paisaje, de la realidad y de muestra contra la que no pudo la lucha social. 

Ahora  el  Arxiu Municipal de Cubelles digitalizará las imágenes para facilitar el acceso a los estudiosos. Las imágenes llegaron a Cubelles de manera anónima desde Barcelona. Permiten aumentar la memoria de una fábrica que ya sólo está en el recuerdo y ahora se espera el destino de los terrenos y de su puerto.

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