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Salou se ha convertido en las últimas semanas en una ciudad potencialmente interesante para los buscadores de cobre. La parte norte de la avenida 30 d'Octubre, al otro lado de la circunvalación, es una área todavía por construir y con un gran número de viales con su alumbrado operativo. Ahora está a oscuras, explican los vecinos.
Las calles y paseos que ya disfrutan de alumbrado público, pero aún no tienen vecindario permanente son zonas urbanas utilizadas para paseo con o sin perro, pero a última hora de la noche y de madrugada no hay ni un alma.
Y es precisamente en esta franja horaria sin testigos donde los buscadores de cobre no dudan en hacer acto de presencia y abrir las cajas de las farolas para llevarse de cuajo el cableado que permite iluminar estas áreas.
En la noche del jueves al viernes (del 23 al 24 de noviembre), técnicos de la empresa Rubatec descubrieron como un gran número de farolas (unas 40) tenían la caja de empalmes rota y que se habían llevado cableado. no es la primera vez, pero sí que había más daños que en ocasiones anteriores. Para recuperar la luz hace falta 500 metros de cable nuevo.
El valor económico de este robo reside más en el trabajo que deben hacer los técnicos de Rubatec en reponer el material que el valor económico del propio cable de cobre al venderlo en chatarrerías. La compra del cable y las cajas de conexión tienen su valor de mercado, pero es más cuantioso la reparación que el propio daño.
La denuncia llegó a la Policía Local de Salou, que dentro de sus rondas de vigilancia ampliará y reforzará su presencia en estas zonas con pocos vecinos. De momento no hay sospechosos ni detenidos en unos viales donde se ha producido el mismo delito varias veces.
