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Hoy sábado y por espacio de 15 días, la draga Viking R., procedente de Dinamarca, será la encargada de reportar a la orilla de La Pineda hasta 100.000 metros cúbicos de arena extraída del fondo del mar. Estos bancos de sedimientos que se devuelven a la costa cada mes de mayo desde 2004 están en enfrente de Cap Salou, concretamente delante de la antigua cantera propiedad del Port de Tarragona.
Los trabajos están envueltos en la polémica, ya que el alcalde de Salou, Pere Granados, reitera su oposición a este dragado del fondo marino alegando daños irreparables en el lecho marino de Salou. «Esta actuación causa un grave perjuicio a la vegetación y fauna de este punto del litoral de Cap Salou e impiden que se puedan regenerar». Por esta razón, «queremos que se paren estos trabajos», concluye el alcalde que remarca que el barco se desplaza desde El Racó hasta la Cala del Reguerot, aguas que están dentro del término salouense.
La oposición de Salou a la extracción de arena no es nueva. En 2017 se intentó con una resolución de la Junta de Govern Local, pero sin que ello frenara los trabajos. Ahora, parece que las intenciones del alcalde de Salou caerán en el mismo saco roto.
Desde el Port de Tarragona se explica que parte del dragado se efectúa cerca de las islas Columbretes (en el Delta del Ebre), una zona de especial protección para las aves (Zepa) y se toman todas las medidas para evitar la afectación de las actuaciones sobre los enclaves.
Además y a pesar de estar fuera de la época de nidación, el Port volverá a realizar controles diarios por avistamiento de la tortuga boba, una especie en riesgo que puso huevos por primera vez en la playa de La Pineda el 15 de julio de 2020 en los extremos de la playa.
Compromiso medioambiental
Las aportaciones anuales de arena a la playa de La Pineda cumplirán este año 18 ediciones. La primera fue en 2004 y el convenio entre el Port y el Ayuntamiento se firmó por 20 años. Se estimaba que con este periodo, la estabilización de la playa sería un hecho y no sería necesario seguir dragando para mantener la anchura y la calidad de la arena.
Sin embargo, la situación es bien distinta y cada otoño e invierno, con sus respectivos temporales, se ha comprovado que la playa es engullida por el mar y debe restaurarse antes de la campaña estival.
El motivo de esta restauración mecánica de la playa de La Pineda se debe a la prolongación del dique de Llevant del Port de Tarragona, que comportó una alteración sustancial en la reposición de arena natural.
Vila-seca consiguió la compensación medioambiental por 20 años con la intención que durante este tiempo se buscara una solución definitiva a la estabilización de la playa de La Pineda.
Cal·lípolis Next Generation
La solución planteada durante estos años podría activarse a corto plazo. Hace dos meses, Vila-seca y el Port de Tarragona presentaron una serie de proyectos enmarcados en los fondos europeos Next Generation.
Uno de ellos, con un presupuesto de 8,5 millones de euros plantea un retroceso del paseo marítimo y una recuperación dunar de la playa, de forma que esta regeneración lentamente se haga de forma natural sin necesidad de las aportaciones que ahora debe extraer una draga del fondo marino.
2,3 millones en un trienio
El actual vertido de arena en la playa tiene un coste anual de unos 600.000 euros. Forma parte de un contrato de cuatro años (2020-2023) que concluirá coincidiendo con el convenio de dos décadas que se firmó en 2004. La suma del importe de este cuatrienio es de 2,3 millones que asume en su totalidad el Port. Por su parte, El Ayuntamiento de Vila-seca, como cada año, contrata una empresa para certificar que la arena que se vierte en la playa es la cantidad estipulada.
