Salou tendrá un cajero automático para adquirir y vender bitcoins

Estará ubicado en la tienda Infocoste de la calle Barcelona. Será el quinto terminal instalado en España por la empresa ATMS Bitcoin Exchange

19 mayo 2017 23:19 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:32
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Los bitcoins vuelven a estar de actualidad. Salou tendrá un cajero automático para ingresar y adquirir esta moneda virtual y canjearla por euros. Estará ubicada en la tienda de informática Infocoste, en la calle Barcelona, y será la quinta que instale la empresa ATMS Bitcoin Exchange en toda España –tiene dos en Madrid, una en Barcelona y otra en Lleida–. No estará vinculado a una cuenta corriente ni precisa de información para comprar y vender bitcoins. Sólo requiere tener una aplicación en el teléfono móvil, tableta u ordenador que actúe como monedero. «Esperamos que empiece a funcionar en un máximo de quince días», afirma Miquel Pavón, responsable de ATMS Bitcoin Exchange.

Al cambio, un bitcoin equivale a unos 280 euros. El cajero permitirá hacer operaciones de hasta 1.000 euros, límite para cumplir con la ley de blanqueo de capitales. «El cajero de Salou podría mover en torno a 30.000 ó 50.000 euros mensuales», señala Pavón, que realiza esta estimación en base a las cantidades registradas en los 400 terminales de bitcoins que hay en todo el mundo. «Al ser un municipio turístico, estoy convencido de que va a tener una gran acogida», comenta Pavón.

Ramón Padilla, responsable de Infocoste y bitcoiner desde hace cuatro años, fue quien propuso a ATMS Bitcoin Exchange poner este cajero en Salou. «Aquí puede tener mucha salida. Conozco a mucha gente interesada en los bitcoins: hay empresas que sólo aceptan este modo de pago; personas mayores que prefieren este sistema en vez de tener el dinero en un banco; hackers que eliminan virus y cobran en esta moneda virtual para mantener su anonimato... Es un como un plan de inversión».

Infocoste ya permite a sus clientes pagar con esta criptodivisa. «Quizá otras tiendas de alrededor también la acepten cuando esté instalado el cajero», sostiene Padilla. En Madrid ha sucedido: «En torno a la terminal que tenemos en la calle Serrano hay establecimientos que se han agrupado para admitir bitcoins. En Salou también puede ocurrir», manifiesta Pavón.

En España existen 9.000 webs de compraventa mediante bitcoins. En todo el mundo hay cerca de 80.000. Se puede adquirir de todo: desde un ordenador hasta una reserva de hotel. Este medio de pago, apunta Pavón, tiene como ventaja que es más rápido y flexible que los tradicionales; las comisiones son voluntarias; permite pagar y cobrar con cualquier dispositivo y vender a cualquier parte del mundo; el comerciante controla las devoluciones y la cuenta no puede ser bloqueada.

Hasta 21 millones

Pavón atribuye su éxito a «la seguridad que da» y a que «mejora el actual sistema de pagos de la banca», ya que permite hacer las operaciones de manera instantánea. Cada diez minutos entran en el mercado 25 bitcoins. Son códigos informáticos criptográficos que se transmiten de persona a persona. Ahora hay unos 14 millones de estas monedas virtuales en circulación. Cuando alcance los 21 millones se parará su producción. Eso sucederá en siete o diez años.

Los bitcoins se compran, se intercambian por trabajo o se minan desde un ordenador preparado. «Los principales productores son grandes empresas», explica Padilla. Los jóvenes son los que más los usan. «Cuando mi hijo de 18 años fue al banco y vio todo el papeleo que tenía que hacer dijo ‘estos están locos’. En cambio, con el sistema de bitcoins te descargas el monedero y al cabo de tres minutos ya puedes operar desde el teléfono móvil», añade Pavón.

En estos momentos hay unos 20 millones de usuarios de bitcoins, cifra que podría llegar a los 50 millones a finales de este año. El responsable de ATMS Bitcoin Exchange considera que el precio actual de esta moneda virtual es «barato» y no descarta que dentro de una década, si se acaba extendiendo como hizo el correo electrónico, la cotización se pueda disparar hasta un millón de euros por cada bitcoin. Por ello, sus usuarios lo consideran «un bien escaso» y lo utilizan más como una moneda vinculada al ahorro y la inversión.

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